Sinopsis de LA ISLA DESIERTA Y OTROS TEXTOS: TEXTOS Y ENTREVISTAS (1953-1974)
Este primer volumen recoge la práctica de la totalidad de los textos de Gilles Deleuza publicados en Francia y en otras partes del mundo entre 1953 y 1974, desde la aparición de Empirismo y subjetividad, su primera obra, hasta los debates que siguieron a la publicación de El Anti-Edipo, escrito con Félix Guattari. La recopilación se compone principalmente de artículos, ponencias, prefacios, entrevistas o conferencias ya publicadas, pero que no figuran en ninguna obra de Deleuze.
Ficha técnica
Traductor: Jose Luis Pardo
Editorial: Editorial Pre-textos
ISBN: 9788481916515
Idioma: Castellano
Número de páginas: 379
Tiempo de lectura:
9h 2m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 23/02/2005
Año de edición: 2005
Plaza de edición: Valencia
Colección:
Ensayo
Ensayo
Alto: 24.0 cm
Ancho: 16.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Gilles Deleuze
Gilles Deleuze nació en París en 1925. Fue profesor de Filosofía en la Sorbonne y es autor de varios libros, entre ellos, Nietzsche y la filosofía, La filosofía crítica de Kant, Proust y los signos, Spinoza: filosofía práctica, La lógica del sentido, La imagen-tiempo y, en colaboración con Félix Guattari, El anti-Edipo, obra que le dio a conocer mundialmente y le convirtió en uno de los filósofos más polémicos de la década de 1960. Deleuze es una figura clave de la filosofía posestructuralista francesa. Considerado empirista y vitalista, su obra, que se basa en conceptos como la multiplicidad, el constructivismo, la diferencia y el deseo, se aleja sustancialmente de las principales tradiciones del pensamiento continental del siglo xx y le sitúan como una figura influyente en las consideraciones actuales sobre la sociedad, la creatividad y la subjetividad. Deleuze escribió sobre Spinoza, Nietzsche, Kant, Leibniz entre otros, entre los que también contaban autores y obras literarias, el cine y el arte. Deleuze afirmaba que no escribía «sobre» arte, literatura o cine, sino que emprendía «encuentros» filosóficos que le llevaban a nuevos conceptos. Como constructivista, era categórico al afirmar que los filósofos son creadores y que cada lectura de la filosofía, o cada encuentro filosófico, debería inspirar nuevos conceptos.