La lengua cervantina, y particularmente la del <;em:GT;Quijotelt;/em:gt;, es un prodigio de expresividad y de arte. Hoy ya no puede creerse que surgiera de la improvisaci:amp;#243;n o la feliz casualidad. Es una creaci:amp;#243;n polifac:amp;#233;tica, sutil, plena de sabidur:amp;#237;a. As:amp;#237; lo demuestra :amp;#193;ngel Rosanblat en su libro, que estudia la lengua del lt;em:gt;Quijotelt;/em:gt; bajo una m:amp;#250;ltiple perspectiva literaria, estil:amp;#237;stica y gramatical. Son tres las v:amp;#237;as de exploraci:amp;#243;n aqu:amp;#237; recorridas: actitud de Cervantes ante los problemas del lenguaje; recursos expresivos fundamentales; en fin, supuestas :amp;quot;incorrecciones:amp;quot; de su estilo.Para Cervantes, el ideal ling:amp;#252;:amp;#237;stico era el habla llana y natural, pero no abandonada a s:amp;#237; misma, sino regida por el buen juicio y alejada de toda afectaci:amp;#243;n. En este punto, como en tantos otros aspectos de su arte, tendi:amp;#243; al equilibrio entre lo natural y lo art:amp;#237;stico, sin perjuicio de inclinarse por uno u otro estremo seg:amp;#250;n las necesidades de la creaci:amp;#243;n. El lt;em:gt;Quijotelt;/em:gt; admira por la perfecta adecuaci:amp;#243;n entre personaje y habla. Cada estrato social, cada profesi:amp;#243;n y aun cada individuo nos hacen sentir sus peculiaridades ling:amp;#252;:amp;#237;sticas. Don Quijote, hombre de libros, habla como hablan en los libros. Sancho, hombre de pueblo, se expresa como el pueblo lo hace.
Ficha técnica
Editorial: Gredos
ISBN: 9788424904319
Idioma: Castellano
Número de páginas: 382
Tiempo de lectura:
9h 6m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 01/11/1995
Año de edición: 1995
Plaza de edición: Es
Número: 158
Alto: 19.5 cm
Ancho: 13.5 cm
Grueso: 2.0 cm
Peso: 370.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por ANGEL ROSENBLAT
Ángel Rosenblat (1902-1984) sintetiza en su vida y en su obra buena parte de las vicisitudes que atravesaron el siglo XX europeo. Nacido en Polonia de padres judíos, aún niño llegó a Argentina donde desarrolló su formación intelectual. Estudió en Alemania y, sobre todo, en la España anterior a la Guerra Civil, donde se integró en el círculo de filólogos que en el Centro de Estudios Históricos, bajo la dirección de Menéndez Pidal, configuraron la gran escuela lingüística y filológica española de la que aún seguimos bebiendo. Él mismo se definió en muchas ocasiones como hijo intelectual de Amado Alonso y nieto de don Ramón. Pero su vida arraigó definitivamente en América, en la Venezuela que lo acogió tras su salida de Argentina en 1946 y a la que se integró plenamente, hasta el punto de formar en ella un grupo de trabajo que, heredero igualmente de la escuela filológica española, fue el punto de partida de la pujante Filología venezolana actual.