La lengua cervantina, y particularmente la del <;em:GT;Quijotelt;/em:gt;, es un prodigio de expresividad y de arte. Hoy ya no puede creerse que surgiera de la improvisaci:amp;#243;n o la feliz casualidad. Es una creaci:amp;#243;n polifac:amp;#233;tica, sutil, plena de sabidur:amp;#237;a. As:amp;#237; lo demuestra :amp;#193;ngel Rosanblat en su libro, que estudia la lengua del lt;em:gt;Quijotelt;/em:gt; bajo una m:amp;#250;ltiple perspectiva literaria, estil:amp;#237;stica y gramatical. Son tres las v:amp;#237;as de exploraci:amp;#243;n aqu:amp;#237; recorridas: actitud de Cervantes ante los problemas del lenguaje; recursos expresivos fundamentales; en fin, supuestas :amp;quot;incorrecciones:amp;quot; de su estilo.Para Cervantes, el ideal ling:amp;#252;:amp;#237;stico era el habla llana y natural, pero no abandonada a s:amp;#237; misma, sino regida por el buen juicio y alejada de toda afectaci:amp;#243;n. En este punto, como en tantos otros aspectos de su arte, tendi:amp;#243; al equilibrio entre lo natural y lo art:amp;#237;stico, sin perjuicio de inclinarse por uno u otro estremo seg:amp;#250;n las necesidades de la creaci:amp;#243;n. El lt;em:gt;Quijotelt;/em:gt; admira por la perfecta adecuaci:amp;#243;n entre personaje y habla. Cada estrato social, cada profesi:amp;#243;n y aun cada individuo nos hacen sentir sus peculiaridades ling:amp;#252;:amp;#237;sticas. Don Quijote, hombre de libros, habla como hablan en los libros. Sancho, hombre de pueblo, se expresa como el pueblo lo hace.