Una escritora madura vuelve a los lugares de su infancia. Lalla Romano nos ofrece en este texto suyo de 1964 una obra bellísima y exacta, con páginas nunca demasiado melancólicas ni demasiado dolorosas que rastrean la felicidad perdida. La dicha, parece decirnos, se encuentra en los pliegues del tiempo, en esos desplazamientos que a veces se crean entre el pasado y el presente. Toda la novela está impregnada de un sentimiento del después, de las cosas reconocidas sólo cuando han pasado y desaparecido. La propia Romano lo dijo en una entrevista: «No hay arrepentimiento ni nostalgia en este libro, pues aquel mundo no está perdido. Es cierto que ha pasado, irrevocablemente; pero ahora lo comprendo, lo amo y, finalmente, lo poseo. Como dice Faulkner, la felicidad no es, pero fue+.
Ficha técnica
Traductor: Natalia Zarco
Editorial: Periférica
ISBN: 9788416291861
Idioma: Castellano
Número de páginas: 288
Tiempo de lectura:
6h 50m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 05/06/2019
Año de edición: 2019
Plaza de edición: Cáceres
Colección:
Largo Recorrido
Largo Recorrido
Número: 142
Alto: 21.0 cm
Ancho: 13.5 cm
Grueso: 1.8 cm
Peso: 385.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Lalla Romano
(Demonte, Cuneo, 1906 - Milán, 2001). Una de las grandes damas de la literatura italiana del siglo XX. Lalla –Graziella– se licencia en literatura en la Universidad de Turín. En 1941 Eugenio Montale la anima a publicar su primer poemario, Fiori, mientras que en 1943 Cesare Pavese le encarga la traducción de los Tres cuentos de Flaubert. Cuando termina la guerra se instala definitivamente en Milán. En 1953, por recomendación de Pavese y Natalia Ginzburg, publicó su primera novela, Maria . En 1964, con su cuarta novela, La penombra che abbiamo attraversato, comenzó a ser conocida por el gran público, aunque la consagración definitiva no le llegó hasta 1969 con la publicación de Suaves caen las palabras, que ganó el premio Strega .