La actividad de transporte aéreo, aunque joven históricamente, cobra en nuestros días una extraordinaria importancia, fruto de la continua expansión que, desde sus inicios, en los albores del siglo XX, aquélla ha experimentado. Varias son, sin duda, las razones de este fuerte desarrollo del transporte aéreo, sin parangón entre los considerados medios clásicos de transporte. Por una parte, hay que referirse al factor tiempo, tan valorado en la sociedad actual, recordando a este respecto que es el aéreo un medio de transporte que permite poner en contacto puntos geográficamente distantes en un breve periodo de tiempo, tiempo que, por otra parte, los continuos avances tecnológicos se han encargado de ir reduciendo de manera progresiva. Asimismo hay que hacer mención a la mejora constante de las técnicas de construcción de las aeronaves que, impulsada por la preocupación casi obsesiva por las condiciones de seguridad, han hecho de este medio de transporte el más seguro, con diferencia, de todos los existentes en la actualidad, posibilitando al mismo tiempo el incremento paulatino de la capacidad de las aeronaves. Las estadísticas más recientes, de hecho, revelan que es el aéreo el medio de transporte que más ha crecido en los últimos veinte años, reflejando aquéllas un incremento de un 7,2% en el número de pasajeros, y de un 5,4% en el número de vuelos.