Atraído por el teatro desde sus tempranos tiempos de maestro de escuela, Alejandro Casona (1903-1965) fue nombrado en 1931 director del ambulante "Teatro del pueblo". Conectar a este último con la escena constituyó su permanente y fundamental propósito. Si la Sirena varada significó su consagración como dramaturgo, Los árboles mueren de pie representa uno de sus éxito más notables. Casona ha sido acusado con frecuencia de "evasionista" que cierra los ojos a la realidad circundante. Estas dos obras, que resumen -puede decirse- todo su pensamiento, vienen a desmentirlo. Porque lo que Casona enseña en ellas es que si reducirse a lo escuetamente real deshumaniza, la evasión en lo irreal termina empobreciendo el espíritu. Sólo la armonía de una y otra dimensión permite lograr la realización plena del hombre. Carmen Díaz Castañón, Catedrática del I.N.B. de Mieres del Camino y excelente conocedora de la obra de su paisano, ofrece en esta edición una pauta de lectura que evidencia los valores literarios, al tiempo que descubre los latidos humanos que alientan en estas dos obras, ya clásicas, del teatro español contemporáneo.
Ficha técnica
Editorial: Espasa Libros, S.L.U.
ISBN: 9788467022322
Idioma: Castellano
Número de páginas: 176
Tiempo de lectura:
4h 7m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 22/12/2006
Año de edición: 2007
Plaza de edición: Madrid
Colección:
Coleccion Austral (Nueva)
Coleccion Austral (Nueva)
Especificaciones del producto
Escrito por Alejandro Casona
Alejandro Casona (Besullo, Cangas del Narcea, Asturias,1903 - Madrid,1965) fue un dramaturgo y maestro español de la Generación del 27. En 1932 consiguió el Premio Nacional de Literatura por Flor de leyendas, una colección de lecturas para jóvenes, ilustrada por Rivero Gil. En 1933 se le concede el premio Lope de Vega del Ayuntamiento de Madrid, gracias a lo cual consiguió poner en escena por fin una de sus principales creaciones: La sirena varada, pieza antinaturalista, definidora ya de su estilo poético a la par que misterioso (“misterioso a la asturiana”, como escribió Max Aub al hablar de él), y estrenada en 1934 en el Teatro Español. La Guerra Civil le empujó al exilio en 1937 y se estableció defiitivamente en 1939 en buenos Aires, Argentina. Del periodo de exilio son las obras: Prohibido suicidarse en primavera, La dama del alba, La barca sin pescador, Los árboles mueren de pie, La tercera palabra o La casa de los siete balcones. Regresó a España en 1962, donde estrenó con éxito de público y gran alboroto crítico lo mejor de su producción. Discutido por unos y consagrado por otros, Casona puso en escena su última obra, un retrato de Francisco de Quevedo, titulada El caballero de las espuelas de oro en 1964, con una excelente interpretación de José María Rodero.