Wilkie Collins fue el inventor del suspense. Su carrera se inscribe en los años de apogeo de la novela victoriana, de la que probablemente fue el mejor urdidor de tramas. Siempre atento a la reacción del público, cuando comenzó a publicar sus novelas por entregas comprendió que, dentro del misterio global de la obra, debía salpicar pequeños enigmas que se resolvieran en cada entrega y dejar abierta una puerta al siguiente. En ello fue un maestro. "La sotana negra" tan sólo aborda el tema de la religión para crear un malvado tan retorcido como el padre Benwell y enfrentar el poder de la manipulación religiosa y el poder del amor en una lucha encarnizada y, a veces, un tanto desigual. En esta novela construye Collins uno de los triángulos más singulares de la literatura victoriana. Porque, a lo largo de toda la historia, Stella y el padre Benwell competirán con todas sus armas y sus ejércitos por el alma -y la felicidad- de Romayne. Todo en esta novela rebosa oficio: la construcción de la trama, la soltura de la narración, la caracterización de los personajes, la viveza de los diálogos, los múltiples hilos que se entretejen. Que todo ocurra con fluidez es mérito de un autor de espíritu sutil y mirada perspicaz que dominó como nadie en su tiempo el complejo arte de la novela.
Ficha técnica
Traductor: Damián Alou Ramis
Editorial: Ediciones Cátedra
ISBN: 9788437632988
Idioma: Castellano
Número de páginas: 480
Tiempo de lectura:
11h 28m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 12/06/2014
Año de edición: 2014
Plaza de edición: Es
Colección:
Letras Universales
Letras Universales
Alto: 18.0 cm
Ancho: 11.0 cm
Grueso: 2.2 cm
Peso: 340.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Wilkie Collins
(8 de enero de 1824, Londres - 23 de septiembre de 1889, Londres) William Wilkie Collins fue un novelista, dramaturgo y ensayista inglés, iniciador de la novela de detectives. La primera obra de Collins fue una biografía de su padre, el pintor William Collins, un año después de su muerte, en 1848. A partir de ahí empezó a escribir ficción, y en 1851 conoció a Charles Dickens, con el que entabló una gran amistad que duró hasta la muerte de este último, basada en la mutua admiración y la colaboración.
Las personas que estudiaron las vidas de ambos personajes coinciden en que ambos genios se influyeron mutuamente: Collins desarrolló su sentido del humor y afiló su talento para la caracterización de personajes; mientras que Dickens construyó tramas más sólidas y con mayor suspense.
Dicha habilidad para el suspense y para la creación de atmósferas de misterio destaca en las obras maestras de Collins: La mujer de blanco, Sin nombre y La piedra lunar. En ellas, Collins estableció las bases de la novela detectivesca, de la que luego bebieron infinidad de autores, entre ellos Agatha Christie y Arthur Conan Doyle.