Desde muy pequeño, lo pintaba todo: el frigorífico, la cama, las paredes… Un día descubrirá una enigmática mancha negra sobre un papel en blanco e intentará descifrar su misterio. Veinte años de una obra creativamente divertida.
Al pequeño Moncho le gusta pintarlo todo: la cama, el mantel, la nevera e incluso su propio abuelo... Después de una intensa jornada creativa, se empeña en averiguar el significado de una mancha de pintura negra que descubre en un papel en blanco. Ese borrón parece transformarse a ojos de quien deje volar su imaginación pero, en su búsqueda perseverante, Moncho no encuentra a nadie capaz de darle una respuesta. Kiko Da Silva construye un relato divertido y de gran calado que, con una interesante propuesta gráfica de mucho colorido e impacto visual, nos aproxima al mundo del arte y al alma del artista. Cada ilustración es una escultura hecha con cerámica y cemento policromado destinada a sugerir las distintas interpretaciones que puede tener una simple mancha.