Céleste Albert Trabajó en casa de Proust los últimos nueve años de su vida, en los que, ya gravemente enfermo, escribiría En busca del tiempo perdido. Pero fue mucho más que una mera sirvienta: su sensibilidad, su innata inteligencia y el enorme cariño y devoción que sintió por él la hicieron su única confidente, su acompañante más próxima -"Proust sólo amó de verdad a dos personas en el mundo: a su madre y a Céleste", afirmaría el príncipe Antoine Bibesco -y un testigo de excepción. Cuando fianlmente, a los ochenta y dos años, consintió en publicar estas memorias profundamente conmovedoras, no sólo demostró la falsedad de las múltiples patrañas que corrían sobre el genial novelista, sino que nos reveló un Proust humano, entrañable y cotidiano que a no ser por ella jamás hubiéramos conocido.
Ficha técnica
Traductor: Elisa Martin Ortega
Prologuista: Esther Tusquets
Editorial: R que R Editorial, S.A.
ISBN: 9788493372965
Idioma: Castellano
Número de páginas: 429
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 11/01/2005
Año de edición: 2005
Plaza de edición: Barcelona
Alto: 21.0 cm
Ancho: 15.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Céleste Albaret
Son muchos los biógrafos de Marcel Proust que consideran que, en su vida, hubo dos personas fundamentales: su propia madre, y su ama de llaves, Céleste Albaret. Criada del novelista desde 1913 hasta su muerte en 1922, cuando entró a trabajar en la casa, Céleste era una joven recién casada de 21 años que acababa de llegar a París, proveniente de una zona remota del sur de Francia. Tras la muerte del escritor, del que nada heredó ni quiso heredar, tuvo varios oficios. Cincuenta años después, a principios de la década de los setenta fue “redescubierta” por una editorial francesa que le convenció de publicar sus memorias, por el interés que podía tener su experiencia vital junto al genial Marcel Proust. Mensajera, ama de llaves, confidente, amiga y enfermera hasta su muerte en 1922, Céleste Albaret pasó junto al novelista más tiempo que nadie. Setenta horas de entrevistas forman la base de este libro que permite conocer de una manera cercana y amable a uno de los escritores más importantes del siglo XX, en sus años más productivos. Como atestiguan sus memorias, Céleste no lamentó ni solo minuto de las horas que pasó a su servicio.