Thomas no tiene idea de que Andrew haría cualquier cosa por él. Protegerlo. Mentir por él. Matar por él. Andrew Perrault siempre ha encontrado refugio en los cuentos de hadas oscuros que escribe para Thomas Rye: el chico de las manos manchadas de tinta y el cabello color hojas de otoño. Pero algo ha cambiado. Desde que regresaron a la Academia Wickwood, su hermana gemela lo evita y Thomas ya no es el mismo. Los padres de su amigo han desaparecido. Su ropa aparece manchada de sangre. Ha dejado de dibujar las ilustraciones macabras que solían dar vida a las historias de Andrew. Y, lo peor, algo parece acecharlo desde las sombras. Una noche, Andrew decide seguirlo hasta el bosque y presencia lo imposible: Thomas lucha contra un monstruo que él mismo ha dibujado. Criaturas que no deberían existir, pero que ahora matan a todos los que se acercan a él. Para sobrevivir, los dos deben enfrentarse a las pesadillas, noche tras noche. Pero cuanto más estrecha se vuelve su obsesión mutua, más fuertes se hacen los monstruos. Y Andrew empieza a temer que la única manera de detenerlos sea destruir a su creador… su mejor amigo.