Noruega es más diversa que casi cualquier otro país de Europa: desde el soleado archipiélago en el sur hasta el Cabo Norte del Ártico, desde los fiordos profundamente cortados en el oeste hasta las mesetas y montañas sin árboles. Cada estación tiene su encanto, en primavera el explosivo retorno de la vegetación, en verano la incomparable luz del sol de medianoche, en otoño el colorido esplendor del verano indio y en invierno la tranquilidad del paisaje nevado. Pequeños pueblos de pescadores en el sur con casas de madera blanca brillante son las perlas de la Riviera Noruega, donde se puede disfrutar de la triada de verano, sol y playa.