Justino Matute y Gaviria (Sevilla 1764-1830), erudito e incansable investigador, recoge en su obra Noticias relativas á la historia de Sevilla, impresa por vez primera en la capital hispalense en 1886, en el célebre taller de Enrique Rasco, numerosísimos datos, curiosidades y crónicas relativos a la ciudad, caso de la edificación, ampliación, renovación y reconstrucción de algunas de sus iglesias, como cuando "se vino abajo desde la capilla mayor hasta el coro" de la de San Francisco, "y juntamente toda la capilla de los Vizcainos, excepto la pared que mira á la calle, haciendo pedazos el retablo de dicha capilla, que fue la mayor pérdida, por ser una de las mayores grandezas de Sevilla", las variaciones en los nombres de algunas de sus calles, caso de Amor de Dios, antigua Pellejería, la plantación de "muchos álamos blancos y negros, y paraísos y naranjos" en la alameda, así como la colocación en ella de dos estatuas, una de Hércules y la otra de Julio César, encima de sendas columnas, la promulgación de la ley por la que se establecía "que las mujeres públicas pecadoras trajesen tocas azafranadas, que las diferenciasen de las casadas castas y honestas", la descripción de los métodos de la sociedad de estafadores conocida como Los linajudos, el registro de algunas de las copiosas nevadas recordadas, caso de aquella en la que "cayó tanta nieve en Sevilla, que en la ciudad subió más de un palmo, y algo más en el campo" o la prohibición bajo pena de excomunión de que "ningún sacerdote, una hora antes y otra después de celebrar, tomase tabaco", entendiéndose también a los feligreses la prohibición "á los atrios y ámbitos de las iglesias, fuera el tabaco de polvo, de humo ó mascado".