La poesía de Rainer María Rilke (1875-1926) es el resultado de su profundización en el yo y en el misterio del hombre. Rilke defiende que hay que cambiar la vida; que captamos el mundo en pequeñas ondas y que debemos buscar los orígenes. Y esto le convierte en un poeta difícil pero exacto, que ejerce sobre el lector una gran atracción, porque incluso su superficie es permeable, escarpada y rugosa. Su búsqueda de una soledad radical le llevó a viajar continuadamente desde 1896, y este nomadismo perpetuo confluye en la reivindicación simultánea del individualismo y del cosmopolitismo que mantuvo a lo largo de su vida. En esta Nueva antología poética, Jaime Ferreiro Alemparte nos hace penetrar en Rilke, vivir sus símbolos, leer su oscuridad; no pasa por los textos, sino que se pasea por el mundo rilkeano y recoge toda la gama de sentidos que cada poema y cada verso tiene en el original. Su sólida cultura literaria le ha ayudado a entender a Rilke más allá de su plástica materialidad, a comprender que Rilke precisaba una hermenéutica capaz de dar cuenta no sólo de un universo sígnico, sino, sobre todo, de su complejo sistema referencial. En palabras de Jaime Siles: "Uno de los misterios de la poesía es que muy pocas veces se deja traducir, y ésta es una de ellas, en que los fragmentos y las partes corresponden a la unidad de un todo y en que los reflejos que nos llegan son algo más que una imagen rápida de sí".
Ficha técnica
Editorial: Austral
ISBN: 9788467026825
Idioma: Castellano
Número de páginas: 432
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 01/10/1999
Año de edición: 1999
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Clásica
Clásica
Serie/Saga: Poesía
Alto: 19.0 cm
Ancho: 12.5 cm
Grueso: 3.2 cm
Peso: 448.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Rainer Maria Rilke
Rainer Maria Rilke nació en Praga, en 1875. Mantuvo una vida itinerante entre Alemania, Francia, Italia y Suiza. También viajó a Rusia y por distintos países mediterráneos como Egipto, Argelia, Túnez, la costa dálmata y España. En algunos casos fue siguiendo a su amiga Lou Andreas-Salomé con quien mantuvo una extensa correspondencia, vital para comprender la génesis de su obra. Frecuentó los círculos literarios de la época: conoció a Tolstoi, fue secretario de RodinŠ Entre su obra cabe destacar El libro de horas, Elegías de Duino, Cartas francesas a Merline, Los apuntes de Malte Laurids Brigge y El testamento. Rilke murió en 1926.