Cuando nacemos, ¿nuestra alma está completamente vacía o contiene ya los principios de la ley divina? ¿Nuestros conocimientos provienen de la experiencia? Este es el punto de partida de los Nuevos ensayos sobre el entendimiento, escritos por G. W. Leibniz entre 1703 y 1704 con el propósito de refutar las ideas de John Locke expuestas, unos años antes, en sus famosos Ensayos sobre el entendimiento humano. La obra tiene la forma de un diálogo entre dos personajes: Filaletes, defensor de los postulados empiristas de Locke, y Teófilo, seguidor de la corriente racionalista y alter ego de Leibniz. Con una nueva traducción, profusamente revisada y anotada, el editor de estos Nuevos ensayos pone de manifiesto la enorme riqueza intelectual de Leibniz, uno de los pensadores más relevantes de la historia intelectual del mundo moderno, y más especialmente si se tienen en cuenta sus notabilísimas aportaciones a ámbitos del conocimiento tan amplios como los de la metafísica, la epistemología, la lógica, las matemáticas, la física, la jurisprudencia o la historia.
Ficha técnica
Editorial: Ediciones Akal
ISBN: 9788446029984
Idioma: Castellano
Número de páginas: 736
Tiempo de lectura:
17h 39m
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Fecha de lanzamiento: 05/08/2016
Año de edición: 2016
Plaza de edición: Es
Colección:
Básica de Bolsillo
Básica de Bolsillo
Número: 327
Alto: 18.0 cm
Ancho: 12.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por G. W. Leibniz
Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716): filósofo, diplomático, matemático, jurista, científico, historiador y erudito universal, de él se ha llegado a decir que fue el último europeo en abarcar todo el saber del mundo en su cabeza. Sus contribuciones, presididas siempre por un riguroso compromiso con la racionalidad, han abierto campos enteros del saber –es el caso del cálculo infinitesimal, descubierto al tiempo e independientemente de Isaac Newton–. En otros campos, como el de la filosofía, la lógica, la lingüistica o el derecho, sus ideas se han convertido en una referencia imprescindible. El hecho de ser uno de los más tempranos defensores de una Europa unida en lo político y en lo cultural, lo convierten en figura capital del discurrir de la cultura europea del siglo XVIII en adelante.