Sinopsis de PANFLETOS CONTRA LA EMOCION Y EL AUDIOVISUAL
Para arremeter contra la proliferación en las pantallas de pornografía sentimental, José Luis Cuerda elige un formato en desuso por denostado: el panfleto. O sea, un opúsculo agresivo y, a poder ser, difamatorio. Publicado por primera y única vez en 1997 en la revista Academia, lo presentamos de nuevo acompañado de una completa tele-vídeo-filmografía comentada por el propio Cuerda. Una pieza —como los demás libros publicados en esta editorial— esencial para conocer y acercarse a la obra de uno de los creadores más geniales que ha dado la vieja Iberia.
Ficha técnica
Editorial: Pepitas de Calabaza
ISBN: 9788417386696
Idioma: Castellano
Número de páginas: 128
Encuadernación: Tapa blanda
Año de edición: 2021
Plaza de edición: Logroño
Número: 91
Alto: 17.0 cm
Ancho: 12.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por José Luis Cuerda
«Nací y viví en Albacete hasta los quince años. Tres de ellos, muy lujuriosos, en los seminarios de Hellín y de la capital, después de iniciar el bachillerato en los escolapios, penal de la orden de la región valenciana, lleno de curas malos —y más vale que no me tiren de la lengua— y en el Instituto de Enseñanza Media. Nos trasladamos a Madrid porque mi padre ganó al póker un piso a estrenar en el paseo de la Habana a uno de los más conocidos constructores de este país. Terminé mis estudios primero, en un colegio donde el matrimonio Rubert-Ontañón hacía lo que podía —ponernos de rodillas, dar algún pescozón…— y mimaban como se merecía al compañero y luego científico Barbacid. Rematé preu de letras en el Liceo Anglo Español del señor Verdú —abuelo según supe años después de Maribel— e iniciador nuestro en goces como el de beber Vega Sicilia, invitados por él. Tres años —cursos incompletos— de Derecho en la Complutense me animaron a militar durante una temporada en el PCE y a abandonar la carrera. Durante los que estuve en TVE, muchos, aprendí la práctica de rodar y, paseando con los amigos por Argüelles, la teoría e historia del cine por lo menudo. Luego, he rodado una docena de largometrajes (El bosque animado, Amanece, que no es poco y La lengua de las mariposas, entre otros) y he pasado —han pasado sobre mí— dos o tres enfermedades muy puñeteras que me han facilitado la vuelta a mi primera inclinación artística: escribir. Y eso es lo que nos trae aquí.»