Lo que nos atrae de esta Primera Guerra Mundial es la forma en que destruyó para siempre la Europa segura de sí misma y luminosa de húsares y dragones con cascos
con plumas y de emperadores que saludaban desde carruajes descubiertos tirados por caballos.
Dos imperios, el austrohúngaro y el otomano, desaparecieron por completo bajo la presión de la interminable matanza, el káiser alemán perdió su trono y el zar de Rusia y toda su fotogénica familia, con su hijo ataviado de marinero y sus hijas con vestidos blancos, perdieron la vida. Incluso los vencedores fueron perdedores: en Gran Bretaña y Francia juntas hubo más de dos millones de muertos y terminaron la guerra fuertemente endeudadas.
Estamos acostumbrados a que, en los conflictos actuales, tanto si las víctimas son los niños soldados de África como si lo son los estadounidenses provincianos de clase obrera en Irak o Afganistán, los pobres constituyan un porcentaje desproporcionado de los muertos. En cambio, entre 1914 y 1918, la guerra fue sorprendentemente letal para las clases dirigentes de todos los países que participaron. Había muchas más probabilidades de que murieran los oficiales de ambos bandos que de que perecieran los hombres que los seguían saltando los parapetos de las trincheras para avanzar hacia el fuego de las ametralladoras, y ellos mismos solían pertenecer a las capas más
altas de la sociedad…
Ficha técnica
Traductor: Fontal Rueda Yolanda
Editorial: Ediciones Península
ISBN: 9788499421797
Idioma: Castellano
Número de páginas: 640
Tiempo de lectura:
15h 20m
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 11/06/2013
Año de edición: 2013
Plaza de edición: Es
Colección:
ATALAYA
ATALAYA
Peso: 1054.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Adam Hochschild
Adam Hochschild (Nueva York, 1942) vive en San Francisco y ejerce la docencia como profesor de redacción en la Graduate School of Journalism de la Universidad de California en Berkeley, y durante el curso 1997-1998 fue profesor Fulbright en India. Colabora en varias revistas norteamericanas, entre las que destacan The New Yorker y The New York Review of Books. Es autor, además del libro que presentamos ahora, de Half the way home: A memoir of father and son, The mirror at midnight: A South African journey, The unquiet ghost: Russians remember Stalin, Finding the Trapdoor: Essays, portraits, travels. En Ediciones Península ha publicado también Enterrad las cadenas.