?La pintura es poesa muda y la poesa es pintura ciega?, escribió Leonardo, e ilustró lo primero con obras maestras. Fue un cientfico artista: inventor amante de la verdad, cifrada o manifiesta en la naturaleza como maravilla del movimiento, infusa o invisible en el espritu como fuerza del misterio. De su meta, la sabidura, nos dejó perlas sembradas a lo largo de los miles de folios de sus c´lebres Códices: observaciones, aforismos, epifanas y reflexiones en los márgenes o hasta flotando entre máquinas voladoras o de irrigación, dibujos de anatoma o de óptica. La ciencia y el arte en ´l se hermanaban por la religión en que la realización humana consiste en desatar en el tiempo limitado que tenemos el estilo de ser y hacer divinos: precisamente lo infinito finito, el ser haciendo incesante de la ciencia y el arte. Como pintor, mediante la luz manifestaba la estructura armónica imperceptible, vale decir: la tesitura de la vida interior. He seleccionado y traducido de su italiano original ciento ocho pensamientos, tan irradiantes hoy como cuando ´l los anotó hace más de cinco siglos.
Ficha técnica
Editorial: Editorial Verbum, S.L.
ISBN: 9788413370934
Idioma: Castellano
Número de páginas: 48
Tiempo de lectura:
1h 2m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 30/12/2019
Año de edición: 2019
Colección:
Ensayo
Ensayo
Especificaciones del producto
Escrito por Leonardo da Vinci
Vinci, Italia, 1452 - Amboise, Francia, 1519. Fue pintor, anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta yurbanista. Nació en Vinci el 15 de abril de 14522 y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, acompañado de su fiel Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas. Tras pasar su infancia en su ciudad natal, Leonardo estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio. Sus primeros trabajos de importancia fueron creados en Milán al servicio del duque Ludovico Sforza. Trabajó a continuación en Roma, Bolonia y Venecia, y pasó los últimos años de su vida en Francia, por invitación del rey Francisco I.