La poesía del venezolano José Antonio Ramos Sucre, considerado uno de los fundadores del poema en prosa en español, es una asombrosa demostración de la manera en que un artista puede abordar un género literario y transformarlo en una estética incomparable, como atestiguan sus tres libros, en los que lo poético se funde con lo narrativo e incluso lo ensayístico: La torre de Timón (1925), El cielo de esmalte (1929) y Las formas del fuego (1929).
Nacido en Cumaná en 1890 y muerto en Ginebra en 1930, la vida de Ramos Sucre está marcada por un insomnio despiadado y una entrega al estudio de la literatura y de los idiomas que no tiene parangón en su época. Su angustia final, trastornado por una dolencia sin cura, le arrastrará al suicidio: fin prematuro para una existencia de caballero tan discreto como erudito, tan solitario como sociable, que ejerció como profesor, traductor y diplomático, y cuya obra, inclasificable, fue reivindicada por las nuevas generaciones de poetas venezolanos que vieron en Ramos Sucre al precursor de la poesía moderna en su país.
Ficha técnica
Editorial: Sibilina
ISBN: 9788492705184
Idioma: Castellano
Número de páginas: 428
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 02/04/2012
Año de edición: 2012
Plaza de edición: Sevilla
Alto: 21.0 cm
Grueso: 15.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por José Antonio Ramos Sucre
Poeta, ensayista, educador, políglota, autodidacta y diplomático, JOSÉ ANTONIO RAMOS SUCRE (Cumaná, Venezuela, 1890-Ginebra, Suiza, 1930) es uno de los más destacados escritores e intelectuales de la historia venezolana. Su obra poética escrita en prosa suele ser enmarcada por la crítica en el ámbito de las vanguardias hispanoamericanas, aunque la singularidad su propuesta excede toda clasificación. Realiza sus primeros estudios en Cumaná y, en 1911, se traslada a Caracas para continuar su formación en Derecho, hasta que, dos años más tarde, la dictadura gomecista clausura la Universidad Central. Colabora en El Universal, El Cojo Ilustrado, El Tiempo y El Nuevo Diario, entre otros medios impresos. Un año después, es nombrado Oficial de la Dirección de Derecho Público Exterior de la Cancillería de Venezuela, donde trabaja como traductor e intérprete. En 1925 recibe el título de Doctor en Ciencias Políticas. En 1929 es nombrado Cónsul en Ginebra. Debido a sus agudos insomnios y a su estado psíquico, decide internarse en el Instituto Tropical de Hamburgo, y más tarde en el Sanatorio Stephanie de Merano, trasladándose poco después a Ginebra, donde se suicida en junio de 1930. El conjunto de su obra poética está conformado por tres volúmenes de poemas en prosa: La Torre de Timón, de 1925 (en el que se recogen sus obras anteriores: Trizas de Papel y Sobre las huellas de Humboldt) y El cielo de esmalte y Las formas del fuego, ambos de 1929. Sus restos reposan en el Cementerio Santa Inés de Cumaná.