"Reflexiones contra la religión" es un breve texto de 1906, de los considerados malditos, que no fue publicado hasta 1963 más de cincuenta años después de la muerte de Mark Twain, ya que su hija Clara siempre se opuso a ello. Aquel año, ya vieja y enferma, aceptó que se publicara junto a otros textos inéditos de su padre. Es ésta una obra apasionada sobre la naturaleza y el carácter de Dios, la sinrazón y la pobreza inventiva de la Biblia. Mark Twain no duda en afirmar: los actos de Dios revelan su naturaleza injusta, avarienta, despiadada y vengativa; la creación del Infierno es su prodigioso crimen; detestaríamos y denunciaríamos a un padre terrenal que infligiera a su hijo la milésima parte de los dolores y miserias que Él dispensa a sus hijos cada día. Dios es fuente de toda misericordia, pero no hay un solo caso en la historia en que Él haya mostrado tal virtud.
Ficha técnica
Traductor: Mario Muchnik
Editorial: Trama
ISBN: 9788494166105
Idioma: Castellano
Número de páginas: 64
Tiempo de lectura:
1h 25m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 11/06/2014
Año de edición: 2014
Plaza de edición: España
Alto: 12.0 cm
Ancho: 20.0 cm
Grueso: 0.6 cm
Peso: 101.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Mark Twain
Samuel Langhorne Clemens, más conocido como Mark Twain, nació en la villa de Florida, Misuri, en 1835. Cuando tenía cuatro años de edad, se trasladó con su familia a la localidad de Hannibal, a orillas del Misisipi. A los doce años, empezó a trabajar como aprendiz en el periódico local. Posteriormente, trabajó como impresor en varias ciudades, y se hizo piloto de un barco de vapor. Volvió luego al periodismo, y, en 1876, publicó Las aventuras de Tom Sawyer; en 1883, La vida en el Misisipi y, en 1884, Las aventuras de Huckleberry Finn. Con estas tres obras alcanzaría gran fama en su época. En 1881, escribió El príncipe y el mendigo, que es su primera novela histórica. En 1889, publicó Un yanki en la corte del rey Arturo, y, en 1905, una de sus últimas obras, El forastero misterioso. Gracias a su ingenio y sus sátiras consiguió grandes éxitos como escritor y orador. Falleció en Redding, Connecticut, en 1910.