Estamos asistiendo a un fenomenonuevo e ineditoen toda la historia de la humanidad. Por primera vez se esta produciendo una apostasiageneralizada del cristianismo y un abandono inusitado de la fe de los padres, sobre todo de Europa. El olvido de Dios puede provocar, y de hecho provoca, la perdida de confianza en el propio porvenir,tal como recordaba Benedicto XVI al conmemorar el 50 aniversario de los Tratados de Roma.