Bajo el título de "Retablo jovial" se reúnen cinco divertidas farsas con las que Alejandro Casona se sumerge en la tradición literaria española clásica y popular. Las cinco son readaptaciones de otros tantos textos literarios. "Sancho Panza en la ínsula" recrea unos capítulos del "Quijote"; las otras cuatro tienen su origen en cuentos y apólogos divulgados en distintas geografías españolas. Por sus temas, personajes y guión teatral estas piezas resultan cercanas al espectador, al que se pretende aproximar temas y argumentos de tiempos remotos con sencillez e ingenio.
Ficha técnica
Editorial: Ediciones Cátedra
ISBN: 9788437626451
Idioma: Castellano
Número de páginas: 160
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 22/02/2010
Año de edición: 2010
Plaza de edición: Es
Colección:
Cátedra base
Cátedra base
Alto: 21.0 cm
Ancho: 14.0 cm
Grueso: 1.0 cm
Peso: 198.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Alejandro Casona
Alejandro Casona (Besullo, Cangas del Narcea, Asturias,1903 - Madrid,1965) fue un dramaturgo y maestro español de la Generación del 27. En 1932 consiguió el Premio Nacional de Literatura por Flor de leyendas, una colección de lecturas para jóvenes, ilustrada por Rivero Gil. En 1933 se le concede el premio Lope de Vega del Ayuntamiento de Madrid, gracias a lo cual consiguió poner en escena por fin una de sus principales creaciones: La sirena varada, pieza antinaturalista, definidora ya de su estilo poético a la par que misterioso (“misterioso a la asturiana”, como escribió Max Aub al hablar de él), y estrenada en 1934 en el Teatro Español. La Guerra Civil le empujó al exilio en 1937 y se estableció defiitivamente en 1939 en buenos Aires, Argentina. Del periodo de exilio son las obras: Prohibido suicidarse en primavera, La dama del alba, La barca sin pescador, Los árboles mueren de pie, La tercera palabra o La casa de los siete balcones. Regresó a España en 1962, donde estrenó con éxito de público y gran alboroto crítico lo mejor de su producción. Discutido por unos y consagrado por otros, Casona puso en escena su última obra, un retrato de Francisco de Quevedo, titulada El caballero de las espuelas de oro en 1964, con una excelente interpretación de José María Rodero.