La infancia y juventud de Loretta Palmer
transcurre carente de amor por parte de su
progenitora, la bella Miranda. Sin
embargo, el amor lo tuvo siempre en la
polaca Helga Zartorska, la cual
permaneció a su cuidado, inculcando en
ella toda clase de valores y medios para
vencer la adversidad.
Aunque en un principio careció de
vocación hacia ninguna actividad, logró
ingresar en la Comedie Françoise, y tras
bastantes dificultades fue reconocida
como una gran actriz, sin duda, la más
grande de su tiempo.
En sus visitas a la Residencia de mayores,
Monteverde, donde su madre se hallaba
ingresada, conoce al pianista Marcelo
Montes, del que muy pronto se enamora.
Este hecho ocasionará a la actriz, grandes
disgustos y funestas consecuencias."