SILVERIO PEREZ, DIAMANTE DEL REDONDEL: EL BARDO DE LA TAURINA

“Sin saber cuándo o de dónde, en el Tupinamba apareció un día un personaje del que nadie a ciencia cierta sabe su nombre, simplemente se le conoce como El bardo de la taurina, charlista de vivencias interminables, cuya faena era pregonar en los pueblos por donde jamás pasó el nazareno, las hazañas de los torerillos de la legua, los que en chonadas y novenarios buscaban la gloria en la muerte de un pitón, con religiosidad. Hoy el bardo, durante más de 50 años ha ido guardando en su espuerta aquellas vivencias, que quienes forjaron la historia le han susurrado y desde luego las que ha vivido e indagado en los ruedos de la nostalgia.” Paco Ruiz Gaytán

El bardo de la taurina va escribiendo a la antigua sobre papel y a punta de lápiz lo que haya de escribir, con la promesa de cumplir una misión que nadie le ha encomendado, pero que hizo suya: darle vida a los recuerdos que se niegan a morir.