Como lo fueron todas las experiencias anteriores con la luz y las sombrasantorchas, espejos, cámaras oscuras, cámaras fotográficas o cinematográficas, también la televisión, la más sorprendente invención tecnológica de todos los siglos, es una fuente espontánea de determinaciones originales de las Ideas de Apariencia y Verdad. Esta obra es un primer ensayo de análisis general de las Ideas de Apariencia y Verdad tal como ellas se «abren camino» en la pantalla de televisión. Todo aquel que tiene un trato «no infantil» con la televisión, ya sea como espectador, actor, productor o programador político, y cree poder distinguir críticamente apariencias y verdades en la pantalla, tendrá también su «filosofía de la televisión», implicada e inmersa en su propia experiencia, aunque a menudo poco organizada y mal representada. Gustavo Bueno toma muy en serio esta experiencia de la filosofía mundana, ya que las ideas filosóficas siempre proceden de las experiencias prácticas, políticas o técnicas.
Esto no excluye observaciones irónicas en relación con la presencia de ciertos políticos en la televisión, que creen saber (actuando en consecuencia) que su existencia como tales depende de su presencia en la telepantalla, actitud que se puede relacionar con la doctrina de Berkeley del esse est percipi (ser es ser percibido).
Ficha técnica
Editorial: Gedisa
ISBN: 9788497846264
Idioma: Castellano
Número de páginas: 336
Tiempo de lectura:
7h 59m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 15/09/2011
Año de edición: 2011
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
BEG / Filosofía
BEG / Filosofía
Alto: 19.0 cm
Ancho: 12.6 cm
Peso: 308.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Gustavo Bueno
(1924-2016). Filósofo español, autor del sistema filosófico conocido como materialismo filosófico. Nació en 1924 en Santo Domingo de la Calzada y estudió en las Universidades de Zaragoza y Madrid. Tras realizar su tesis doctoral como becario del CSIC obtiene a los veinticinco años, en 1949, una cátedra de Enseñanza Media, comenzando ese año su vida docente en el Instituto Lucía de Medrano de Salamanca. En 1960 se establece definitivamente en Asturias, donde ejerce como catedrático en la Universidad de Oviedo, institución en la que colaboró hasta 1998. Desarrolló posteriormente su labor en la Fundación que lleva su nombre, que tiene su sede en Oviedo. Fue fundador de la revista El Basilisco.