Sinopsis de TRATADO DE LA NATURALEZA HUMANA (4ª ED.)
David Hume viene siendo considerado, justamente, como el representante máximo de la Enlightenment y el empirismo inglés. Pero no fue solamente esto -y, seguramente, tampoco fueron sus hallazgos gnoseológicos- lo que le convirtió en la figura más admirada de su tiempo. «San David de Escocia», como le llamaron sus contemporáneo, quiso ser, desde el inicio mismo de su filosofar, el debelador de todo dogmatismo, tanto religioso como político, erigiendo la tolerancia como virtud fundamental, no sólo en el orden social, sino también en el cognitivo. El Tratado de la naturaleza humana mantiene a lo largo de sus páginas, vigorosas y frescas, esta tensión crítica y dismitificadora, tan cercana a las inquietudes de nuestra época. La atención universal que hoy merece el Tratado contrasta fuertemente, en cambio, con los primeros pasos dados por esta obra «maldita», anónima hasta el año mismo de la muerte de Hume.
Ficha técnica
Editorial: Tecnos
ISBN: 9788430942596
Idioma: Castellano
Número de páginas: 888
Tiempo de lectura:
21h 20m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 17/10/2005
Año de edición: 2005
Plaza de edición: Es
Colección:
Clásicos - Clásicos del Pensamiento
Clásicos - Clásicos del Pensamiento
Alto: 20.0 cm
Ancho: 13.0 cm
Grueso: 4.5 cm
Peso: 819.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por David Hume
Nació en Edimburgo en 1711. Su familia consideraba que la carrera de Leyes sería una adecuada profesión para él, pero su interés estuvo siempre centrado en la filosofía y la literatura clásica. Viajó a Francia, donde pasó tres años y, retirado en La Flèche (lugar de claras resonancias cartesianas), escribió el «Tratado sobre la naturaleza humana», que se publicó en 1734. La obra tuvo escaso éxito y como el propio Hume escribe en su biografía, «salió muerta de las prensas». El fracaso, piensa su autor, no se debía tanto al contenido como al estilo, a la exposición de las ideas. Ello le llevará a publicar la «Investigación sobre el entendimiento humano» y la «Investigación sobre los principios de la moral», obras en las que refundirá las partes primera y tercera del «Tratado», respectivamente. Las consecuencias escépticas que de sus obras se derivarán en el campo de la religión y de la moral, así como las acusaciones de ateísmo, hicieron que en dos ocasiones le fuera negada una cátedra universitaria. Hubo de conformarse con el cargo de bibliotecario en la Facultad de Derecho de Edimburgo. Fue entonces cuando escribió su «Historia de Inglaterra». Viajó de nuevo a Francia, como secretario de embajada. La acogida que le dispensaron los «philosophes» no pudo ser mejor. Diderot, D'Alembert, Buffon, Voltaire.... le introducen en los salones y se disputan su amistad. Su carácter afable y cordial, así como su sentido de la amistad, le granjearon el afecto y la consideración de todos ellos. Fue ese sentido de la amistad el que hizo que, de vuelta a Inglaterra, se llevase consigo a Rousseau, cuya posición en París empezaba a ser peligrosa tras la publicación del «Emilio». Todos los esfuerzos de Hume por ayudar a su amigo fueron malinterpretados por el filósofo ginebrino, cuyo difícil y huraño carácter era de sobra conocido, y la relación entre ambos concluyó. Hume pasó los últimos años de su vida en Edimburgo, donde murió en 1776.