En plena Edad Moderna, la corona hispánica se enfrentó a una situación
económica compleja: si bien la plata fluía desde ultramar, la hacienda
pública debía hacer frente a las dificultades para sostener su vasto
territorio. Los monarcas tenían que recurrir a los asientos créditos,
aumentando así la deuda soberana. Solo en el siglo XVII se decretaron
dos suspensiones de pagos. La banca adquirió entonces un papel relevante.
Este elocuente libro se sumerge en la figura del que fue el gran banquero
de los monarcas Felipe II y Felipe III, Octavio Centurión (c. 1576-
1653), y analiza todos los avatares de su vida social, privada, íntima,
describiendo tanto la Génova de sus orígenes, como la herencia que
dejó al morir. Este influyente hombre de negocios, personaje clave de
la época, llegó a ser caballero de Santiago y de Alcántara e incluso
marqués de Monesterio.