En la presente antología de relatos breves hay observación psicológica, humor, ironía, toques de comedia y redobles de tragedia. Todo fluye entre la realidad y la inquietante lógica de un sueño, en lo que se revela la maestría narrativa de la autora. Se sobreentiende que si ya no hay hombres que maten dragones, debería haberlos. La autora nos lleva por los caminos de laesperanza para mejor llegar al destino natural de los asuntos humanos, la perplejidad o la frustración.Entre estos relatos, destaca con luz propia "Me llamo Eva", el más largo, muy realista, basado en una experiencia verídica, muy potente y difícil de olvidar: lo que se entiende por criminal y se castiga en consecuencia aparece como acto de justicia, con el consiguiente estremecimiento de la conciencia.