La obtención de la toponimia se ha efectuado exclusivamente de forma oral con los vecinos, bien mediante recorridos por los distintos valles, bien a través de fotografías de los puntos más inaccesibl
"Extremadura ha sido explendorosamente a lo largo de la Historia, ibera y romana, altera Roma -Roma en España-; visigoda y mora -viejo y taifal solar de los aftásidas-; cristiana y descubridora. Pero hemos vivido aislados, a nuestro aire, hasta, si me lo permiten, abandonados. Y de ese desdén o desde esa lejanía, resalta ahora que, retirado el manto del olvido, ofrecemos lo que nadie sospechaba: ciudades y pueblos detenidos en la noche de los tiempos, pero con unas ansias de vivir deslumbradoras. Torres, castillos, fortalezas, catedrales, parques naturales de flora y fauna insospechada y extensiones de mares interiores desconocidos; fulgores de romanización, como pocos, y alcazabas desafiantes; rincones del Temple y centros de espiritualidad. Todo está intacto , nuevo, limpio, como si tras las frescas lluvias de octubre el cálido sol de los membrillos dorara sus laureles". Santiago Castelo (Director de la Real Academia de Extremadura)
Las atalayas, para ver desde tierra; los faros, para ser vistos desde el mar: ambos precisan puntos privilegiados de la costa. Pero el origen de sus nombres es muy distinto: los modernos faros trajeron su viejo nombre griego desde una antigua isla del delta del rio Nilo; las viejas atalayas, en cambio, deben el suyo a la presencia de la lengua arabe en las costas de la peninsula Iberica.