Alberto Laiseca nació en Rosario (Argentina) en 1941 y, desde hace algunos años, es asesor de la editorial Letra Buena. Es autor de las novelas Su turno para morir (1976), Aventuras de un novelista atonal (1982), El jardín de las máquinas parlantes (1993) y de la monumental saga Los Soria (Simurg, 1998, Premio Boris Vian), libro mítico que permaneció inédito durante dieciséis años. Ha publicado además un libro de relatos, Matando enanos a garrotazos (1982), el volumen de poesía Poemas chinos (1987) y el ensayo Por favor, ¡plágienme! (1991). Sus ficciones, que inventan mundos muy singulares y apelan a la imaginación y a la desmesura, han suscitado la admiración incondicional de numerosos escritores, críticos y lectores.
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A Alberto Laiseca algunos le conocen como «el único maldito de la literatura argentina actual». No obstante, su obra ya es abundante, por lo que, tras publicar en Tusquets Argentina La mujer en la Mu
Durante la cuarta dinastía y aconsejado por el astrólogo real, el faraón Kheops decidió acometer una magna empresa: construir una pirámide que será su monumento funerario y, supuestamente, preservará a Egipto de males futuros. Cetes, el astrologo y mago, encargara al mejor arquitecto egipcio, el peculiar maestro Tofis, los trabajos de construccion, que se prolongaran treinta años. Pronto surgiran problemas: en primer lugar, los mosquitos, el tormento de los pobladores de la cuenca del Nilo; no menos espinosa es la lascivia de Boula, la mujer nubia de Tofis, que provoca desafueros en todos los que visitan a este. A todo ello se sumara Hentsen, la incestuosa hija de Kheops, que tiene dos maridos: el propio faraon y el mago Cetes.Asi, entre intrigas cortesanas, dialogos disparatados y digresiones mitologicas y politicas, pero sobre todo salidas de tono y comentarios delirantes del autor, que a proposito se deleita en los anacronismos, avanza no solo la construccion de la piramide, sino tambien esta divertida novela.Con La hija de Kheops, rescatamos para nuestro catalogo esta obra de Laiseca –autor de culto que cuenta con numerosos e incondicionales lectores– que, en una epoca de novelas historicas cortadas con identico y previsible patron, aporta una innegable or
"Cuentos de terror, antes de convertirse en este libro, fue un espacio único en la televisión en el cual Alberto Laiseca rescató la tradición del relato oral. Transmitido por la señal I-Sat, se volvió un ciclo de culto en el que el escritor narraba relatos de terror del siglo XIX. Este volumen reúne aquellos cuentos seleccionados por Laiseca y nos permite volver a oír su particular cadencia al relatar.Ya egipcios, romanos, chinos y japoneses tenían cuentos con fantasmas, seres transformados o magos que envían cocodrilos mágicos a casa de sus enemigos. La vieja pregunta es ¿por qué seguimos leyendo (o pidiendo que nos cuenten) historias terroríficas? En primer lugar porque nos divierten mucho. Es cosa clara. Todo lo que abre puertas gratifica.. Alberto Laiseca"