Colección Salud Mental Colectiva 10 Es muy frecuente oír hablar, en singular, de la crisis de la adolescencia. Pero hay adolescencias muy diferentes. Aún más, cada adolescente conoce pasiones y apatías, ilusiones y decepciones, creencias incuestionables y desconfianzas feroces, amores ideales y abandonos aterradores. Puede someterse a quien le explota y rebelarse frente a quien trata de protegerle, llegando hasta la arrogancia y el menosprecio. Puede desesperar con su egoismo o darnos lecciones de generosidad. Puede padecer alegrias exaltadas y recrearse en tristezas insondables. Puede inquietarnos porque ama los riesgos o por todo lo contrario, porque es incapaz de afrontarlos, refugiandose en una pasividad amorfa. Puede, si se atreve, sorprendernos con su creatividad. A veces, a regañadientes, aceptan hablar de estas cosas con algun adulto que merece su confianza. Para mostrar su malestar y sus dudas recurren a lo que pueden: hacerse oir y hacerse ver. Con ruido y con desesperacion, o con timidez y silencio. Y no hay muchos adultos dispuestos a oirles con calma y con respeto y ofrecer la imprescindible ayuda y escucha que necesitan quienes no pueden salir solos del sufrimiento psiquico. OTROS/RESEÑAS Es aqui, en esta encrucijada en la que nos instala con urgencia el debate sobre el tipo de sanidad del futuro, donde surge la iniciativa de esta coleccion. Hacer frente al reto que supone mantener, en estos tiempos pragmaticos y sin valores, un modelo comunitario que haga posible una atencion integral, equitativa y eficiente significa una opcion politica y una opcion ciudadana, pero tambien una responsabilidad de los profesionales de la salud mental. Significa la imperiosa necesidad de adecuar nuestras tecnicas, nuestros programas, a una realidad vertiginosamente cambiante. La viabilidad de un modelo publico, colectivo, sostenible, implica hacerlo creible a la poblacion para que lo incluya entre sus prioridades reivindicativas; pero para ello tenemos que avanzar en nuestros programas, en la clinica, en el conocimiento. Tenemos que romper la brecha entre accion y conocimiento para, desde la propia practica, construir una nueva clinica y una nueva psicopatologia hecha desde el cuidado y el respeto a la autonomia de las personas con problemas de salud mental.
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