Con este libro de relatos brevísimos, el poeta y narrador barcelonés da cuerpo a un particular microcosmos habitado por criaturas que apenas logran asirse al mundo en el que viven, seres que pasan flotando por encima de lo cotidiano y que han renunciado hace tiempo a la conquista de eso que el común de los mortales llama felicidad.
En Distritos postales para ausentes, el autor nos ofrece, en palabras de Carme Riera, "un conjunto de poemas en prosa de gran belleza, en los que suele aparecer un sujeto poético que pertenece a la estirpe de los perdedores, de los perplejos o de los acosados por el excesivo grado de realidad que deben soportar".