Granada insólita o todo es posible en Granada contiene 124 historias inspiradas en noticias reales, aparecidas en la prensa en el periodo comprendido entre finales del siglo xix y mediados el xx, una epoca que dio mas que suficiente para confirmar el popular dicho granaino. El autor bucea en esas aguas embalsadas de las hemerotecas para saciar la sed del que quiera saber de un pasado prodigo en hechos asombrosos.Del variado repertorio de relatos, un buen numero hace referencia a crimenes, reyertas y ajustes de cuentas; aunque no todo es cronica negra. Hay tambien una resurreccion en el Albayzin, catastrofes naturales, una aparicion Mariana o fantasmas que pululan por La Alhambra. La tijera y el hacha, el cuchillo tocinero y la pistola de cachas de nacar. Alfredo Leyva exprime la Granada amarga, la fruta de los asesinatos y de las desapariciones en unas gotas, como una esencia de lo que somos, la vida y la muerte al mismo tiempo. Es un libro feroz y feraz, de sangre, de misterio, de muerte y realidad. Y sobre todo, de verdad.Magistralmente ilustrado por Javier Ruiz, que ha sabido captar la esencia de lo narrado en trece carocas dignas de ser expuestas en la Plaza Birrambla en una soleada mañana de Corpus granadino, es un gozo devorar la carne de amor y dolor al mismo tiempo, de este libro gra-nadi-ni-si-mo de Leyva.
Este diccionario es mucho más, es una de las reivindicaciones más serias de la cultura de nuestra tierra, con un sentido de humor y la ironía tal que será difícil no encontrar una mueca de sonrisa en los lectores cuando lean el significado de cada palabra y su correspondencia en granaíno. Con este trabajo el autor no pretende sentar cátedra, inventar un idioma ni mucho menos «limpiar», «fijar» o dar «esplendor» a la particular forma de hablar del granaíno; solamente recoger las palabras de uso cotidiano del habla de Graná, aunque también todo un repertorio de vocablos muy particulares, desaparecidos del uso cotidiano en el resto peninsular, que se mantienen en el granaíno por particularidades históricas como la de ser los últimos "reconquistados" y la particular repoblación de la zona. Fundamental es su intento de representarlas de forma gráfi ca en la escritura (el granaíno tiene muy en cuenta el acento y la pronunciación a la hora de emitir palabras y frases, de forma que una frase de ocho o diez palabras puede suponer una subida al Veleta para bajar acto seguido a la vega, para elevarse seguidamente por el Puerto del Suspiro hasta llegar al pico Caballo, y acabar bajando al Valle de Lecrín tras pasar por Dúrcal, máximo exponente de musicalidad al hablar.
Desde Antonio Alcalá Venceslada ha habido muchos estudiosos que se han dedicado a recopilar el habla de su entorno más cercano. Con este trabajo el autor no pretende sentar cátedra, inventar un idioma ni mucho menos limpiar, fijar o dar esplendor a la particular forma de hablar del granaino; solamente recoger las palabras de uso cotidiano del habla de Grana, aunque tambien todo un repertorio de vocablos muy particulares, desaparecidos del uso cotidiano en el resto peninsular, que se mantienen en el granaino por particularidades historicas como la de ser los ultimos reconquistados y la particular repoblacion de la zona.Fundamental es su intento de representar este habla de forma grafica en la escritura (el granaino tiene muy en cuenta el acento y la pronunciacion a la hora de emitir palabras y frases, de forma que una frase deocho o diez palabras puede suponer una subida al Veleta para bajar acto seguido a la vega, para elevarse seguidamente por el Puerto del Suspiro hasta llegar al pico Caballo, y acabar bajando al Valle de Lecrin tras pasar por Durcal, maximo exponente de musicalidad al hablar). Pero este diccionario es mucho mas, es una de las reivindicaciones mas serias de la cultura de nuestra tierra, con un sentido del humor y la ironia tal que sera dificil no encontrar una mueca de sonrisa en los lectores cuando lean el significado de cada palabra y su correspondencia en granaino.
El Diccionario del habla almeriense recoge las palabras, dejes, expresiones y dichos populares que refuerzan esas señas de identidad que componen Almería. Esa manera tan nuestra de nombrar y de decir las cosas, de dar musicalidad a la palabra. Alfredo Leyva no solo nos propone las palabras, sino que las convierte en sonido para transmitir todo su contenido y significado, recoge el deje, el acento, el decir y lo coloca en el tranco mas alto para que todos podamos darnos cuenta de que, si queremos, podemos entendernos entre nosotros mismos como se han entendido generaciones y generaciones de almerienses antes de que el fenomeno de la globalizacion nos llevara a lenguajes que poco tienen que ver con lo que realmente somos: hijos de una tierra con historia. Acceder a esta obra sera para muchas personas una sorpresa no solo por la cantidad de voces recogidas, sino porque todas ellas penetran en el corazon de la familiaridad y, a la fuerza, nos ponen ante momentos vividos, ante seres que ya no estan pero cuya presencia ha sido imprescindible para poder llegar a este momento. Si a eso añadimos la actualizacion que se hace de lo que todos los almerienses llevamos dentro a la hora de expresarnos, nos encontramos con una publicacion, un trabajo, un diccionario, un libro de consulta que nos humaniza y nos lleva al redescubrimiento de lo entrañable.
Más de mil palabras de todo tipo y condición, ilustres y plebeyas, componen esta «barreta literaria» de un sabor riquísimo e inconfundible, el grafiti de la emoción de un «granagueño», como él se define, una alegría en fin, para el cuerpo y para el alma. Si el Diccionario del habla granaína fue un acierto, este libro sobre el habla malagueña es una anfetamina directa al corazón de los lectores. Se te sube la alegría a la boca, porque ahí está Málaga y su forma de hablar, aunque siempre, desde el brillo y el resplandor de lo popular. Es en la forma y en el fondo una declaración de amor a su ciudad adoptiva, como una Málaga abierta al pensamiento y el sentimiento al mismo tiempo. Los pueblos que han dejado su huella en esta Málaga del paraíso, esta Málaga de palabras y palabros reinventados, de dichos populares y gentilicios extendidos por un aire perfumado de jazmín y azahar desde los montes al rebalaje.