La educación en los primeros años de vida: ¿cómo cuidar y orientar a los pequeños de entre dos meses y seis años? ¿Cómo observar y provocar sus primeras experiencias con otros niños, con nuevos objetos, con el mundo que estan descubriendo? Este es un libro dirigido a todos los profesionalesque trabajan con ellos, tanto en su desarrollo fisico como en su educacion. Partiendo de una serie de testimonios de maestros, directivos y padres sobre sus experiencias cotidianas se presentan, en la primera parte, los planteamientos basicos, las dudas y preguntas que en la segunda y tercera parte seran objeto de un analisis mas profundo. Asi, tras un largo trabajo hecho con cuidado y minuciosidad, las autoras nos permiten pasar del hacer al pensar y viceversa.
Antes de los seis años ocurren los primeros y tal vez más significativos aprendizajes motrices, cognitivos, afectivos y sociales, gracias a la relación establecida entre los niños, sus familiares cercanos y los docentes. En América Latina, la educación institucional de los más pequeños, implantada a fines del siglo XIX y comienzos del XX, ha sido una de las últimas conquistas de la infancia, pese a que todavía espera encontrar un lugar destacado en la agenda política pública. Con un trasfondo de desigualdad socioeconómica, pobreza e injusticia sostenido por ideologías neoliberales o, en el peor de los casos, dictaduras, la educación inicial ha quedado relegada en los países de la región. Sin embargo, el desarrollo del conocimiento, la autonomía, la creatividad y la expresión, así como la consolidación de valores sociales como el respeto y la solidaridad, constituyen aspectos cruciales de la formación inicial Esta obra ofrece, ademas de un diagnostico certe ro sobre la situacion latinoamericana, analisis sobre pro gramas pedagogicos exitosos aplicados en la Argentina, Brasil, Chile y Peru, debate sobre las concepciones filosoficas y politicas en pugna, y perspectivas sobre la formacion docente. Con lucidez, el volumen compilado por Ana Malajovich examina las acciones que debe instrumentar el Estado para la construccion de programas de educacion integrales que permitan que los ninos, aun en condiciones desiguales, puedan afrontar su desarrollo personal y social y proyectarse hacia un futuro mejor