Las artes textiles, especialmente el hilado, han sido actividades impuestas tradicionalmente a las mujeres. Los libros de moral y de conducta, salidos de la pluma de escritores como Juan Luis Vives o fray Luis de Leon, ademas de obras literarias como La Celestina, establecieron una honda ligazon entre las mujeres y la rueca o el huso, el hilo o la aguja. Estas fuentes y la documentacion de los archivos revelan que la sociedad patriarcal ha utilizado las labores textiles para construir un ideal de feminidad y para controlar los espacios, los tiempos, las actividades y, en definitiva, la vida de las mujeres. En los albores de la Edad Moderna y entre las feminas de condicion social elevada, triunfo una de estas labores textiles: el bordado. El bordado y otras artes de la aguja con el emparentadas, cumplieron funciones similares a la hora de crear un modelo de mujer virtuosa y honesta, una mujer anclada a la esfera domestica. Pero las feminas hicieron del bordado un recurso creativo, a traves del cual, combinando tecnicas, materiales y motivos, se transmitieron conocimientos y enhebraron relatos para hacer oir su voz. El bordado fue un mecanismo de dominio, incluso de domesticacion de las feminas, pero a la vez fue un medio de expresion para ellas, cuando no de subversion de los valores sociales del momento. A lo largo de los distintos capitulos que conforman esta obra se estudian estos aspectos. Se incide en la relacion entre textil y virtud femenina, entre bordado y los espacios domesticos, entre las labores de aguja y la palabra femenina. Se aborda tambien el analisis de los instrumentos, los modelos, las tecnicas y las complejas obras creadas por las mujeres a lo largo de la Edad Moderna. Porque estudiar el bordado es fundamental para reconstruir la vida de las mujeres, para entender como un grupo subordinado y numeroso utilizo las vias que estaban a su alcance para inventar e idear. Tambien lo es para recuperar unas creaciones en su mayor parte desaparecidas y olvidadas. En definitiva, estudiar el bordado es estudiar la historia de las mujeres.
Las artes textiles no han merecido, ni en España ni en el territorio aragonés, la misma atención que otras parcelas artísticas. Si exceptuamos algunas noticias, más o menos extensas, resulta imprescindible abordar un estudio completo y exhaustivo de las mismas, en un marco espacial y temporal muy amplio. Nmc En Zaragoza, tal análisis se ha realizado en los últimos años examinando, por una parte, las fuentes documentales y, por otra, los restos materiales conservados en las parroquias de la ciudad (salvo en las catedrales de El Salvador y Nuestra Señora del Pilar, en las que se está trabajando en este momento). Este estudio es el resultado de una aproximación al tema que se ha centrado, principalmente, en la reconstrucción del funcionamiento de los talleres de bordado zaragozanos y en el análisis de la confección y decoración de los ornamentos utilizados en las ceremonias litúrgicas. También las cuestiones técnicas, los materiales necesarios para la realización de las obras, la tipología de éstas o sus características artísticas, han sido recogidos en este trabajo. Finalmente, ha sido posible reconstruir la biografía de unos artistas, los bordadores, que convirtieron a Zaragoza, a lo largo de los siglos XVI al XVIII, en uno de los principales centros de producción de bordado de la Península Ibérica.