Esta colección erudita de fórmulas y acciones ofrecida por Ana Rosa Martín Minguijón viene a completar un estudio amplio sobre las acciones romanas, iniciado en otro libro reciente de la misma Autora, Acciones ficticias y acciones adyecticias. Fórmulas (Madrid 2001). La obra que ahora con tanto gusto prologo, es el producto de diez años de estudio. Sin embargo, como es natural, no se encuentra entre sus fines el llegar a consecuencias axiomáticas sobre las acciones in factum, pues ello supondría algo así como desvelar de golpe todos los arcanos que aún retiene el derecho romano. Más bien pretende sugerir ideas inéditas para el análisis y la reconstrucción de fórmulas, proponiendo un numeroso grupo de éstas completamente nuevas, bien por diferir de las existentes bien por no haberse intentado su reconstrucción hasta ahora. Por supuesto los resultados podrán compartirse o no, pero nadie echará en falta una base textual que justifique razonablemente los extremos afectados por cada una de las fórmulas ahora reconstruidas.
El Digesto ha hecho correr ríos de tinta, pero no ha disfrutado de un proceso de investigación sistemática que permita un conocimiento ordenado. Ha sido abordado por la literatura desde perspectivas heterogeneas sin importar demasiado si resultaban compatibles o no con las precedentes. Con todo, algunos trabajos meritorios han iluminado aqui o alli ramas hasta entonces oscuras pero ninguno de ellos, por si solo, ha permitido vislumbrar todo el arbol y mucho menos iluminar el bosque en el que se encuentra. Desde hace años, fundamentalmente desde la apoteosica aportacion de Mommsen que nos ha acercado hace poco Bartol, es cada vez mas factible ensamblar la linterna con las piezas dispersas aportadas individualmente por los estudiosos. La obra esta cuajada de reproducciones textuales bien traidas, tanto que la Autora consigue convertirlas en ventanas abiertas a la epoca de Justiniano. Este admirable trabajo ha comenzado por la descodificacion y vaciado de las fuentes. Aunque las fuentes analizadas son muy variadas, destaca el estudio de las cc. De conceptione et confirmatione Digestorum, del Index auctorum operarumque y, sobre todo, de las inscripciones del Digesto. Es natural que una investigacion que tiene como finalidad nuclear el analisis de las obras de los juristas utilizadas por los compiladores para la composicion del Digesto, se centre especialmente en el examen de las inscripciones que presiden los textos jurisprudenciales. Ese examen o, por decirlo mejor, el resultado del mismo, me parece tan sugestivo como polemico y no excluyo una futura discusion dura y rigurosa. En definitiva, este excelente libro sobre el Digesto se incorpora al grupo de producciones europeas mas refrescantes del presente siglo del Proemio de Fernando Reinoso Barbero.