La dificultad que experimentamos al tratar de definir los lugares públicos propios de la cultura actual, se debe a nuestra incertidumbre sobre lo que es o debe sLa dificultad que experimentamos al tratar de definir los lugares públicos propios de la cultura actual, se debe a nuestra incertidumbre sobre lo que es o debe ser la ciudad contemporánea. Es preciso por eso clarificar la nueva idea de ciudad que tenemos para avanzar hacia una idea del espacio público. Repensar los posibles nuevos lugares públicos, significaría, definir un concepto de ciudad. Una ciudad en la que prevalecen los "no lugares" con propiedad se denominaría la "no ciudad". Ésta es una clave importante para comprender el problema fundamental de la ciudad de hoy que ya no se concibe como forma arquitectónica del espacio público y tiende, cada vez en mayor medida, a la privatización del espacio público. En esta dirección se orienta una reflexión sobre un tipo de proyecto necesario para restituir los valores del espacio público en la forma urbana de nueva generación, o en la transformación de los espacios preexistentes. Los lugares públicos no obstante no son asunto exclusivo de la arquitectura y el proyecto. No hay lugar público si no hay ciudad, si no hay ciudadanos, personas que circulan, se reúnen y se expresan libremente en un espacio que es de todos y sobre el que nadie puede reservar el derecho de admisión. La arquitectura sólo puede ser intérprete de la realidad social; pero no hay duda de que el discurso sobre la arquitectura puede contribuir a configurar esta realidad social en uno u otro sentido. er la ciudad contemporánea. Es preciso por eso clarificar la nueva idea de ciudad que tenemos para avanzar hacia una idea del espacio público. Repensar los posibles nuevos lugares públicos, significaría, definir un concepto de ciudad. Una ciudad en la que prevalecen los "no lugares" con propiedad se denominaría la "no ciudad". Ésta es una clave importante para comprender el problema fundame
La interpretación de los nuevos fenómenos urbanos y ambientales, sin duda, constituyen para la teoría de la arquitectura y la ciudad, un nuevo enfoque que ha de proporcionar criterios de valor para el proyecto de la arquitectura y la ciudad. Con el tiempo y mientras la realidad lo imponía se ha ido perdiendo la fe en el control de la forma de la ciudad. Parece, por eso, útil dedicar un estudio sobre el papel de la arquitectura en la construcción de la forma urbana como paradigma de referencia del proyecto arquitectónico y como forma de profundizar en el significado de la dimensión urbana de la arquitectura. Cuando el proyectista no posee el conocimiento y la capacidad de análisis e interpretación de lo dado, la forma producida resulta vacía de contenido y de realidad, sin referencias históricas y culturales, un mero gesto. Se propone estudiar los fenómenos arquitectónicos en la escala urbana utilizando los datos históricos y con herramientas, indiscriminadamente, teóricas y críticas. Se trata de una lectura dentro de una estructura transhistórica que se basa en tres conceptos: el trazado, la estructura y la imagen. Siguiendo estas guías, se reconduce el estudio de la arquitectura en relación con la forma urbana, de las tipologías edificatorias, por ejemplo, con las calles, las plazas u otros conjuntos urbanos comprobando los efectos de esta relación sobre la morfología y la iconología urbana.
Más allá del interés que puede suscitar hoy la teoría semperiana sobre el origen técnico y material de la arquitectura, se sugiere un camino para su innovación que se opone al concepto abstracto y al idealismo. Frente a los procesos abstractos y a la razon instrumental de la tecnologia como via para la innovacion arquitectonica, se propone una investigacion sobre la dimension mas humana que incorpora los datos de la experiencia vital, la percepcion de los sentidos, la memoria y el lugar. La tecnica o la tecnologia como demostraba el positivismo tenia grandes posibilidades socializadoras para mejorar las condiciones de vida de las personas pero no puede reducirse a medida exclusiva de todo. No se puede pretender con criterios instrumentales por encima de los humanos que constituyen las bases antropologicas de la cultura, una renovacion de la misma. La antropologia hoy pone el acento importante sobre la referencia del individuo y plantea como integrar en su analisis la sujestividad de aquellos que observan como nativos de su propia cultural, informantes privilegiados, en condiciones de reflexionar sobre si mismos. Es necesario prestar atencion a los cambios que afectan a las grandes categorias a traves de las cuales los seres piensan su identidad y sus relaciones; categorias como el tiempo, la memoria y el espacio. El aspecto mas relevante de una arquitectura mas antropologica que estetica es la necesidad de un contacto efectivo con los seres humanos.
En los años 60 se definía una disciplina científica, la "Arqueología industrial" cuya finalidad "es el descubrimiento, la catalogación y el estudio de los restos físicos del pasado industrial para conocer a través de ellos aspectos de las condiciones del trabajo, de los procesos técnicos y de los procesos productivos". La nueva disciplina adopta la metodología de la Arqueología para investigar, analizar, interpretar, registrar y preservar los restos industriales. Se entiende como industrial toda actividad productiva cuyos vestigios materiales consisten en edificios, instalaciones, maquinaria e infraestructuras. Esos elementos no se estudian aisladamente sino, según el método arqueológico, en su contexto que constituye la estructura histórica de un territorio, una estructura social, un determinado proceso de producción, un concreto sistema tecnológico. La Arqueología industrial había de darnos una visión amplia y totalizadora de la industrialización o la era mecánica de la producción capitalista, de sus significados y sus consecuencias. Con ella se establecía "una determinada organización de la producción y una complejidad tecnológica creciente, surgía un nuevo tipo de fábrica y de vivienda, se definía el "edifico funcional". Se había llevado a cabo la gran transformación de la imagen de las ciudades con la instalación de las nuevas actividades y la construcción en gran extensión de vivienda obrera en la periferia de la ciudad burguesa.