"En un mundo de ganadores, la derrota es una suerte de disidencia. Perder no es un ejercicio romántico, duele como un padrastro, pero uno aprende. Todas las victorias se parecen, pero cada derrota lo es a su manera; hay muchas formas de llorar, pero todo el mundo bebe champán del mismo modo. Este no es un libro de fútbol. No sólo. Porque en el fútbol cabe una vida". Julián Bellón, a los 40 años, vuelve a Córdoba por la muerte de su padre. Esa pérdida le arrastrará a su infancia, a su barrio, a los bares y a las personas que le vieron crecer, el último paraje de felicidad blindado antes de que su vida se torciera y cayera en un espiral de autodestrucción. El niño que se puso de portero aún soñando con marcar un gol, el joven que más tarde fue guardameta profesional, hoy es un hombre roto y acorralado por sus recuerdos. ¿Hay tiempo para la redención antes del pitido final?
"En un mundo de ganadores, la derrota es una suerte de disidencia. Perder no es un ejercicio romántico, duele como un padrastro, pero uno aprende. Todas las victorias se parecen, pero cada derrota lo es a su manera; hay muchas formas de llorar, pero todo el mundo bebe champan del mismo modo. Este no es un libro de futbol. No solo. Porque en el futbol cabe una vida".Julian Bellon, a los 40 años, vuelve a Cordoba por la muerte de su padre. Esa perdida le arrastrara a su infancia, a su barrio, a los bares y a las personas que le vieron crecer, el ultimo paraje de felicidad blindado antes de que su vida se torciera y cayera en un espiral de autodestruccion. El niño que se puso de portero aun soñando con marcar un gol, el joven que mas tarde fue guardameta profesional, hoy es un hombre roto y acorralado por sus recuerdos. ¿Hay tiempo para la redencion antes del pitido final?
Antonio Agredano cuenta su relación con una pequeña ciudad de provincias a través del fútbol y de sus relaciones amorosas. Fiebre en las gradas con sabor a salmorejo.