Antonio Arráez Bueno nació en Almansa (Albacete) en 1969. Es licenciado en Ciencias de la Información y máster en Periodismo Económico. Tras pasar por Radio Nacional y Radio Madrid de la Cadena SER ha desarrollado casi toda su carrera profesional en Informativos Telecinco donde fue corresponsal en el Congreso de los Diputados durante nueve años y Jefe de la Sección de Nacional. En la actualidad es Productor Ejecutivo de programas informativos y documentales en Globomedia donde ha sido responsable de debates como “59 segundos” y de más de una veintena de documentales. Es también tertuliano del programa 24 de TVE y columnista del diario Público.
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Las páginas que este volumen contiene no son más que los resultados de la desesperación del ser humano en tiempos de crisis, Realmente, lo que contienen las páginas son resultados de investigación cientifica, puesto que los capitulos que se leeran a continuacion contienen todos y cada uno de ellos una concienzuda seleccion de corpus de trabajo y planificacion de analisis realizados sobre objetos de estudio mediaticos en los que se contiene esa desesperacion social,Es sabido que los tiempos de crisis cumplen siempre, desgraciadamente, con unos patrones de comportamiento reiterados, comportamientos sociales, politicos, culturales, economicos y, por supuesto, como parte de esa sociedad, esa politica y esa cultura, tambien mediaticos, Esos patrones de repeticion demuestran que los hombres y mujeres que constituyen una sociedad rota, perdida, se acercan peligrosamente a universos desconocidos en la busqueda de respuestas a sus interrogantes o incluso de causas de los males propios, En otras ocasiones, la maldad -si, la maldad- aprovecha el mar revuelto para su propia ganancia con la proliferacion de mentiras y de coacciones, reales o inventadas, que puedan contribuir al control social,
No hace tantos años que un dictador se sentaba a gobernar España y los niños no tuvieron que ir a la escuela al día siguiente de su muerte. No hace tantos años, y, sin embargo, esos niños pueden ser ahora depredadores financieros, gente sin escrúpulos , como Aniceto, que trabaja en una multinacional que ha comprado una pequeña empresa familiar regentada por numerosos nietos y descendientes del socio fundador, con la intención de cerrarla. Para poder ascender, le es encargada la tarea de organizar un expediente de regulación de empleo. Así, nuestro protagonista se revela como un tiburón financiero ambicioso, un tipo sin escrúpulos capaz de urdir los mimbres de los despidos de cientos de trabajadores, corrompiendo voluntades, sindicatos… Aniceto es un ejecutivo a punto de ser ascendido. Los últimos diez años de su vida han transcurrido entre una ducha de hidromasaje, un automóvil deportivo y un despacho sin ventana dentro del edificio inteligente donde la multinacional para la que trabaja tiene su sede. Todavía falta un mes para que su nuevo cargo se haga público. Sólo entonces, según las estrictas normas del departamento de recursos humanos, se podrá trasladar a un despacho con ventana a la calle. No le importa que detrás de los cristales solo vaya a ver el basurero donde van a parar los residuos del edificio inteligente. Lo importante, para él, es ser ejecutivo de segundo nivel y, por tanto, tener derecho a ventana. El día de su treinta cumpleaños una llamada de teléfono le anuncia la entrega de varios libros que ha esperado desde su infancia y que creía perdidos. Son los últimos tomos de la biblioteca que le dejó en herencia su abuelo. Han pasado más de veinte años desde que recibió la primera novela de una colección que fue completando en los años de la Transición política española. Un etapa en la que la sociedad cambió profundamente y se quitó de encima la losa de una dictadura ante los ojos de todo el mundo. Al mismo tiempo, en el anonimato, la familia de Aniceto también se deshizo de sus ataduras, pero queda algo por hacer. Sólo la lectura del último manuscrito puede rescatar del olvido una verdad que pocos conocen. Aunque, quizás para Aniceto, obsesionado en su nuevo despacho, sea ya demasiado tarde.
El 28 de octubre de 1982 el PSOE de Felipe González logró una histórica victoria en las urnas. En apenas siete años los españoles habían pasado de vivir en una dictadura a elegir, como presidente del Gobierno, a un joven socialista de 40 años. Aquella noc