El autor, Antonio Soto Alcón, Librilla (Murcia, 1952), ha obtenido los siguientes premios:3º Premio de Poesía"Miguel de Cervantes"Armilla (Granada) con"Aquellas islas del alma"(1998); Mención de Honor"Premio Internacional Antonio Machado"Collioure (Francia) con"Desde mi ventana"(1999); X Premio Internacional de Poesia"Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria"con la obra titulada"Libro de los Espejos", 2002.Ha participado en diversas antologias, tanto de cuentos como de poesia, y publico su primer libro de poemas, Lolitas, en 1999.
Este libro realiza un recorrido por aquellas adicciones que acaban de llegar. Son las relacionadas con el culto al cuerpo, las nuevas tecnologías, las dependencias afectivas y sexuales, o las actividades cotidianas, como el trabajo y las compras. Igualmente se abordan los cambios de las que ya existían como: otras formas de adicción al juego, las drogas de diseño o las nuevas formas de consumo. Se describen cómo se generan y mantienen. También se aportan pautas y recomendaciones para saber cómo actuar cuando se detecta el problema, dónde buscar información o cómo debe ser la ayuda profesional para que sea eficaz.
MAR AO NORDE / MAR AL NORTE ESTRENA UNA ESPLÉNDIDA VOZ QUE ASIENTA LOS PILARES DE UNA DE LAS POÉTICAS UNIVERSALES MÁS CREATIVAS Y TRASCENDENTALES DEL SIGLO XX
Un hombre que se parecía a Orestes (Premio Nadal 1968) recrea de una forma totalmente libre el mito clásico del hombre destinado a vengar la muerte de su padre. La acción se paraliza después del asesinato de Agamenón, sin que la esperada venganza llegue a cumplirse. Orestes sabe que debe perpetrarla; pero el tiempo pasa y no ocurre nada. Y así resulta que los personajes del mito ya no funcionan en claves de fatalidad y trascendencia sino en los regocijos y amarguras de la vida cotidiana. Orestes ya no es el joven atleta admirado por Electra, sino un hombre ya adulto que viaja de incógnito. Y en todas las aldeas una muchacha le sonríe y le hace pensar más en la vida que en la muerte... La acción transcurre en una época indefinible en la que lo más antiguo coexiste con lo más reciente en una proximidad que sólo el sueño hace verosímil. Un hombre con dos cabezas, un caballo de madera que fecunda la yegua del abad, un patético Egisto que, obsesionado por la llegada del vengador, se finge caballero andante en busca de aventuras sin lograr por ello superar sus temores...Todo esto lo presenta Cunqueiro sin prisa, con un cierto regodeo en la frase, con frecuentes toques de humor y abundantes digresiones, dejando siempre suelta su inagotable y gozosa fantasía.