Aurora López Güeto (Sevilla, 1971) es doctora en Derecho por la Universidad de Sevilla (2016) e imparte clases en la Facultad de Derecho de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Ha publicado las monografías Pietas romana y sucesión mortis causa (Tirant lo Blanch, 2016), Madres e hijos en el Derecho romano de sucesiones (Tecnos, 2017) y El derecho romano en femenino singular (Tecnos, 2018) así como numerosos artículos de su especialidad en revistas científicas españolas y extranjeras. También es autora del ensayo De Poniente a Roma, La huella clásica en Juego de Tronos (Tecnos) y de la novela La casa de la Piedad (Algaida Editores).
Es divulgadora de cuestiones relativas al mundo clásico, y, en particular, sobre la vida de las mujeres romanas, a través del blog El derecho romano en femenino singular y la cuenta de twitter @mulier_romana
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Las historias de siete ciudadanas de diversa condición sirven de hilo conductor en este viaje por las diferentes etapas de la Historia de Roma y del Derecho Romano. El valor didáctico de esta obra reside en la aproximacion a las fuentes juridicas, literarias y epigraficas que nos permiten conocer los roles adjudicados a las mujeres: hijas, esposas, madres o pupilas. Asimismo, cualquier persona interesada en la Antiguedad descubrira diversas preocupaciones de las romanas sorprendentemente similares a diversos problemas de actualidad: la libertad para contraer matrimonio y el acceso al divorcio en igualdad de condiciones que el varon, la gestion autonoma de sus patrimonios, su incorporacion al mundo laboral y de los negocios o las repercusiones juridicas de la relacion maternidad. Para conseguir su reconocimiento, recurrieron al sistema juridico mas compacto y racional que conocio la Antiguedad. Los responsa de los juristas, la actividad del pretor o los rescriptos imperiales supusieron avances, a veces retrocesos, en la superacion del arquetipo de la prudentes y pºdica matrona, dedicada a las labores domesticas y al cuidado de la familia. El Derecho romano llego a desarrollar un autentico catalogo de normas que configuraron el estatuto personal y patrimonial de las mujeres. N
Roma, verano del año 9 d.C. La ciudad despide con respeto a Antonia, hija, esposa y madre de prestigiosos políticos y una de sus más ilustres benefactoras mientras que Marcela, hija del jurista Labeón, llora a quien ha sido su protectora desde la infancia. Pero el duelo pronto torna en escandalo. El testamento de Antonia, muy alejado de lo que se espera de una matrona de su posicion, destapa un entramado oculto desde hace decadas de mentiras, traiciones y crimenes. La ejemplar Casa de la Pietas, epicentro de la vida social romana y sustento propagandistico de la moral impuesta por el Principado de Augusto, oculta una verdad insoportable.Marcela luchara por defender la ultima voluntad y el honor de Antonia y de su propia familia con la ayuda de sus fieles Paulo y Aulo Sentio, y de las sacerdotisas y devotas de Bona Dea, enfrentandose a todos aquellos que han conducido a Antonia a su repentino y tragico final.Roma, verano del año 9 d.C. La ciudad despide con respeto a Antonia, hija, esposa y madre de prestigiosos políticos y una de sus más ilustres benefactoras mientras que Marcela, hija del jurista Labeón, llora a quien ha sido su protectora desde la infancia. Pero el duelo pronto torna en escandalo. El testamento de Antonia, muy alejado de lo que se espera de una matrona de su posicion, destapa un entramado oculto desde hace decadas de mentiras, traiciones y crimenes. La ejemplar Casa de la Pietas, epicentro de la vida social romana y sustento propagandistico de la moral impuesta por el Principado de Augusto, oculta una verdad insoportable.Marcela luchara por defender la ultima voluntad y el honor de Antonia y de su propia familia con la ayuda de sus fieles Paulo y Aulo Sentio, y de las sacerdotisas y devotas de Bona Dea, enfrentandose a todos aquellos que han conducido a Antonia a su repentino y tragico final.
De Roma a Poniente ofrece al lector una amplia muestra de parecidos razonables entre la sociedad retratada en la exitosa serie Juego de Tronos, inspirada en las novelas de George R. R. Martin, y la vida en la Roma clasica. La premisa es, a primera vista, sorprendente: el Derecho de los Siete Reinos es Derecho romano, pero se justifica al abordarse el tratamiento en la saga de cuestiones como el status de libertad frente a la condicion de esclavitud, la herencia, las relaciones de parentesco, la represion del adulterio y del incesto o el castigo a los parricidas. Y, muy en especial, el papel reservado a las mujeres, con sus avances y retrocesos. De manera sutil, fluyen entre las tramas politicas y personales de Westeros (y Essos) las normas del sistema juridico mas rico y complejo de la Antiguedad, dotado de una perfeccion tecnica que no deja de admirar a quienes se acercan, en nuestros dias, a estudiarlo.Pero, por encima de todo, esta obra es un homenaje de la autora a Juego de Tronos, la serie total. Sus fieles seguidores podran revivir las escenas mas emocionantes a traves de las semblanzas de sus personajes protagonistas y de sus imprescindibles secundarios, asi como disfrutar de muchos de sus agudos dialogos. Un tributo muy personal, una vision diferente y arriesgada desde la orbita academica, pero al alcance de cualquier amante de la cultura clasica y de la propia serie. No en vano, hay tantos Juegos de Tronos como espectadores.
Lo imagino de estatura media, fibroso y un punto brusco al colocarse la toga. De nariz aguileña y ceño permanentemente fruncido. Ojeroso y pálido. Su expresión es atormentada, propia de quien padece migrañas o quien vive asfixiado por las responsabilidades. Es poderoso, pero no resulta aristocrático y, aunque no parece acomplejado, no irradia la seguridad apabullante que se espera de la élite de una potencia mundial. Los historiadores romanos y judíos despacharon su biografía en un par de folios y ningún artista de su tiempo lo inmortalizó. Pero Pilato se hizo leyenda. A partir de la Edad Media, impresionantes obras pictóricas, escultóricas y literarias lo incluyeron como actor secundario de la Pasión de Jesús de Nazaret. El cine, con mayor o menor acierto, le puso rostro y penetró en su mente. Y, cada día, en todos los rincones del mundo, su nombre se pronuncia por millones de creyentes en el Credo católico. Pero, ¿cómo se produjo el tránsito de Poncio, el caballero romano, a Pilato, el mito?