En 1988 se publica por primera vez Una modernidad periférica. Por su carácter ambicioso y exhaustivo, pero sobre todo por su audacia y originalidad, es la obra en que Sarlo empieza a ser Sarlo. Producto de la insatisfaccion y la perplejidad ante las limitaciones de la critica academica, y de una busqueda personal sostenida, el libro ofrece un panorama de las respuestas que las vertiginosas transformaciones culturales y urbanas de comienzos del siglo XX suscitaron en los intelectuales, artistas y escritores.Son los años de la vanguardia, nucleada en las revistas Martin Fierro y luego en Proa: alli estan Borges, Guiraldes, Girondo, Xul Solar, Norah Lange, los cruzados de la renovacion estetica. Los que cultivan la ruptura y la desacralizacion de los valores literarios del modernismo, pero tambien el criollismo como una forma de nostalgia por lo que Buenos Aires esta dejando de ser. Son los años del nuevo periodismo, de Critica y El Mundo, cuando en la bohemia de las redacciones, entre cables internacionales y noticias policiales, empiezan a abrirse camino escritores recien llegados al campo intelectual: Roberto Arlt, Raul Gonzalez Tuñon, Alfonsina Storni.Atenta a materiales muy diversos narraciones, poemas y ensayos, pero tambien entrevistas, manifiestos, notas periodisticas y avisos publicitarios, Sarlo consigue nombrar el movimiento de la epoca: Buenos Aires como una cultura de mezcla, en la que conviven en tension hijos de familias patricias e hijos de la inmigracion, quienes leen literaturas extranjeras en lengua original y quienes solo pueden leer traducciones, quienes poseen los saberes prestigiosos y quienes acceden a los saberes populares y tecnicos de la divulgacion. En esa mezcla de aceleracion y angustia, impronta europeista y pregunta por la argentinidad, Sarlo señala distinciones y matices inesperados.
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