Los hombres quizá lo ignoren, per ola mayoria de las mujeres de lo que prefieren hablar entre ellas no es de ellos, sino de su madre.En efecto aunque las mujeres no acaben siendo todas madres, y tampoco todas las madres tengan solamente hijas, todas las mujeres si tienen madre.Preguntarse sobre la relacion madre-hijas (entre ellas) un tema muy comun. Y tambien los hombres, lo quieran o no, acaban implicados en esta relacion.A partir de ejemplos entresacados de la ficcion (novelas y peliculas), Caroline Eliacheff y Nathalie Heinic reconstruyen, dibujan, trazan, muestran el abanico de todas las relaciones posibles, señalando como se opera la transmision de roles y la construccion de identidades, de generacion en generacion. De igual modo, describen las condiciones de una buena relacion. Porque, en la delicada experiencia en que consiste ser una hija para su madre y, eventualmente, una madre para su hija, hay sin duda unas rutas mas transitables que otras.
En tanto que nuestra sociedad rinde culto al ganador, la figura de la víctima ha llegado a sustituir a la del héroe. La mediatización de las grandes catástrofes ha revelado que la unanimidad compasiva empezaba a convertirse en la última expresión del nexo social y que las demandas de reparación dirigidas a psiquiatras y juristas no tienen fin. ¿Hasta dónde llegaremos con esta victimización generalizada? Caroline Eliacheff, psicoanalista, y Daniel Soulez Larivière, abogado, intercambian sus experiencias y conocimientos profesionales para desmontar y explorar esta corriente que surgió en los años ochenta, en todos los frentes, y que se alimenta del ideal igualitario y del individualismo democrático. Denuncian los peligros que nos acechan debidos a la supremacía de la compasión y de la emoción, que afecta ya, a veces, al propio interés de las víctimas y que puede volverse en contra de toda la sociedad.