Desde el año 1997 hasta el 2001 el fotógrafo Juan Manuel Díaz Burgos ha viajado en muchas ocasiones a La Habana -ciudad en absoluto desconocida para él-, con el propósito de retratar sus ámbitos más intimos. Muchos periplos y patear hasta la saciedad los interiores de Centro Habana y La Habana Vieja hasta hacerse sentir uno mas entre ellos. Solo aquel que es conocedor en profundidad del caracter de este pueblo nos podra dar una vision personal tan despojada de elementos exoticos y superfluos. Su ensayo de la vida del habanero en su espacio mas intimo es directo e insinuador. Su complicidad y vida con el medio es plena. Sus imagenes llenas de guiños trasmiten la pesadumbre y el jubilo, el amor y la esperanza, en definitiva: la vida. Este trabajo nos muestra una Habana desconocida, aquella a la que Juan Manuel Diaz Burgos, con su constancia y teson, se ha asomado y con mucho respeto y connivencia ha desnudado para mostrarla tal y como la vive.