Para Charmian Clift, Grecia era la Tierra Prometida. En 1954, ella y su marido, el famoso reportero George Johnston, abandonaron el gris Londres de posguerra y partieron hacia el mar Egeo con dos máquinas de escribir y dos hijos pequeños. Planeaban pasar alli un año, pero acabarian quedandose una decada. Cantos de sirena es la cronica de su accidentada aclimatacion a Kalimnos, una pequeña isla poblada por taciturnos pescadores de esponjas y mujeres fuertes y supersticiosas. En sus paginas, llenas de personajes inolvidables con su fiel escudero local, Manolis, y su inflexible asistenta domestica, Sevasti, a la cabeza y paisajes de una belleza casi milagrosa, la perplejidad ante una sociedad primitiva y patriarcal convive con el descubrimiento de un modo de vida puro, sencillo y libre, previo a la invasion del turismo de masas.Estas memorias, escritas desde el punto de vista de una mujer de treinta y un años que registra con inteligencia, humor y calidez los detalles intimos de su vida cotidiana y las costumbres de un mundo en vias de extincion, apenas recibieron atencion al publicarse en 1956. Con el paso del tiempo, Cantos de sirena se ha convertido en un clasico de la literatura de viajes y del genero autobiografico, y nos permite descubrir a una de las escritoras mas talentosas y vitalistas del siglo pasado.
Al comprar una casa en la isla de Hidra, la escritora Charmian Clift cumplió un sueño largamente acariciado: echar raíces en un puertecito de aguas cristalinas, luz cegadora y costumbres sencillas, lo mas parecido a un paraiso en miniatura. Alli, Clift y su marido pronto ocuparon el centro de una comunidad de artistas y bohemios, soñadores y vagabundos que buscaban en Grecia una vida barata y sin ataduras, consagrada a la creacion o a la vagancia. Entre ellos destacaria un todavía desconocido Leonard Cohen, al que el matrimonio acogio e inspiro con su ejemplo. Pero, como todo paraiso terrenal, el de Clift tenia un precio. Los dias se le iban en poner coto al caos domestico y en cuidar de sus tres hijos, los ingresos que generaban los derechos de autor eran exiguos, y las tabernas y el alcohol era una distraccion constante. Despues de los pobres creativos llega-ron los ricos y sus yates, y un buen dia una legion de norteamericanos desembarco en Hidra para rodar una pelicula de Hollywood. Aquel rincon idilico se habia convertido en una isla chic.Los buscadores de loto es la cronica apasionante del nacimiento y la disolucion de una utopia, de una epoca efervescente en la que Hidra fue un laboratorio social y artistico en el que experimentar con formas de vida distintas, antes de que el turismo y la modernidad mas ramplona interrumpieran un sueño que parecia eterno.
A la recerca del lotus l’autora relata la mudança de la família, amb els seus fills petits, a Hydra, on van comprar una casa a prop d’un pou, i van haver d’encarar el caos de la vida domèstica mentre