El artista holandés Constant Nieuwenhuys (1920-2005), conocido simplemente como Constant, concibió entre 1956 y 1974 una de las utopías más audaces del siglo XX. Su proyecto "New-Babylon" esbozaba el sueño de un habitat artificial para una humanidad nomada, completamente libre para vivir donde quisiera y como quisiera. En esa sociedad liberada de la necesidad de trabajar gracias a las maquinas, los neobabilonios podrian dedicar todo su tiempo al juego y al desarrollo pleno de su creatividad. Con este nuevo diseño se superarian los problemas derivados de la concepcion de las ciudades y de los dos sistemas economicos enfrentados del capitalismo y el "socialismo real". Esta original utopia, que desafiaba todas las convenciones del urbanismo y de la arquitectura de su epoca, crecio en el clima idealista de los años sesenta y tuvo mucho que ver con los intelectuales que inspiraron la revuelta estudiantil de Mayo del 68. Constant plasmo su idea en una extensa obra artistica; pero tambien en un manuscrito que habia permanecido inedito hasta ahora y que se publica por primera vez, en castellano, con un estudio introductorio que lo situa en las coordenadas de su tiempo. Sin duda, muchas de las ideas que plantea siguen siendo validas en nuestros dias.
El establecimiento más extraño de la ciudad es el Red River Hotel, al que se dirige el pobre Nathan cuando su novia desaparece. Un extraño catálogo de visitantes confluye en esta inquietante historia que poco a poco se va desgranando para crear un fresco oscuro y surreal que remite al imaginario de creadores como David Lynch o Dashiel Hammett. Lentamente, Nathan irá perdiendo sus asideros con la realidad mientras el hotel cobra fuerzas como personaje, en una marea tan roja como su nombre.
'Aquel mismo día concebí los planos de un campamento permanente para los gitanos de Alba, y este proyecto está en el origen de la serie de maquetas que componen Nueva Babilonia (...). Nueva Babilonia no se detiene en ninguna parte, puesto que la Tierra es redonda. No conoce fronteras, puesto que han dejado de existir las economías nacionales, ni colectividades, puesto que toda la humanidad es fluctuante. Cualquier lugar es accesible a todos y cada uno de los individuos. Toda la Tierra se convierte en la morada de los terrestres. Cada cual cambia de lugar cuando quiere, y va adonde quiere. La vida es un viaje sin fin a través de un mundo que se transforma con tanta rapidez que a cada instante parece distinto'.