La novela que consagra a Rhodes: una obra maestra del humor británico.En una apacible ciudad de una región imprecisa hay un sitio muy especial: un museo dedicado al suicidio, fundado por una rica benefactora con el noble intento de disuadir a las almas afligidas de pensar en la muerte. Sin embargo, cuando cae la noche, suceden cosas muy extrañas. ¿Que horribles secretos se esconden tras sus muros? Y ¿quien es Ernst Frohlicher, el enigmatico doctor a quien siempre acompaña un fiel perro labrador negro? Entre presencias siniestras, triangulos amorosos, suicidios, canibalismo, personajes grotescos y situaciones al limite del absurdo, se teje una fabula gotica, apasionante y divertidisima.Reseñas:Una fabula gotica, extraña y surrealista que combina romance arrebatador, nihilismo y desesperacion, flaquezas humanas, ¡ah! y unas cuantas arañas de aperitivo, y nos brinda un relato unico y chispeante. Dan Rhodes es un escritor a atesorar.ListRhodes ha dado al mundo pequeños libros geniales, relatos en los que conjuga un estilo prosistico preciso, un temperamento comico maravillosamente anclado en lo oscuro, y una dosis de emocion que parte los corazones. Corazones hambrientos es sin duda su obra mas lograda hasta la fecha.The ScotsmanUna fabula divertida sobre como pueden frustrarse el altruismo y malograrse las buenas intenciones, cuya lectura complacera a idealistas cinicos y a cinicos idealistas por igual.Financial TimesBajo la ligereza superficial de su tercera novela, Rhodes ha urdido una trama ingeniosa, oscura y precisa como un reloj... El resultado es un libro abigarrado, lleno de vida y de fugas rocambolescas, descripciones deslumbrantes de detalles curiosos y personajes interesantes.The Daily TelegraphRhodes es un novelista comico que aborda asuntos como el sufrimiento, la neurosis, la soledad, el egocentrismo, e incluso la maldad genuina. Que delicioso e inspirador leer una novela que destila una sabiduria cargada de mordacidad.Scotland on SundayDespues de leer el libro de Rhodes, uno acaba aplaudiendo a rabiar.The ObserverAh, como nos gusta Dan Rhodes. Indefectiblemente raro, pero siempre fabuloso.The Guardian
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