La más tranquila de las hermanas estaba a punto de desmelenarse... La única noche que Leigh Thomas había hecho algo atrevido había resultado un verdadero desastre. Cuando el guapísimo y rebelde Gavin Jarret la había rescatado de una peligrosa situación, ella lo había seducido con toda la pasión que escondía... y se había convertido en su coartada para un asesinato. Al volver a casa siete años después, Leigh se encontró cara a cara con el pasado... y con Gavin convertido en fiscal del distrito. Ahora estaba más fuera de su alcance que nunca, aunque el brillo de sus ojos demostraba que él también seguía recordando aquella noche. Además, su relación de trabajo provocaría a un asesino que les iba a hacer imposible mantener la promesa de no ir más allá de lo estrictamente profesional.
Con las palabras de su padre aún retumbándole en los oídos y un pistolero pisándole los talones, Alexis Ryder huyó hasta aquella mansión abandonada llamada Hearstkeep donde descubrió la increíble verdad: ella no era Alexis Ryder, sino una trilliza perteneciente a una rica familia... y aquél era un secreto por el que había alguien dispuesto a matar. Ansiosa por saber algo más, asumió la identidad de una hermana a quien no conocía... y se lanzó a los fuertes brazos de la ley.
Tras las puertas de aquella mansión se escondían pasiones y oscuros secretos... Hayley Thomas siempre había sido la más atrevida y audaz de las dos gemelas herederas de Heartskeep... hasta que comenzaron los desvanecimientos, las puertas que se cerraban solas y los susurros a media noche. Parecía que alguien estaba jugando con ella, ¿o acaso se estaba volviendo loca? Dada la ausencia de su hermana, no le quedó más remedio que pedir ayuda a un inquietante y sensual desconocido... Con su pecaminosa sonrisa y su aire de poder, Bram Myers podría haber sido el mismísimo Satán, y sin embargo se había convertido en el ángel guardián de aquella tozuda mujer, cuya sola presencia le trastocaba los sentidos. Y, cuando la tuvo temblorosa entre sus brazos, supo que sería capaz de cualquier cosa con tal de protegerla del mal que la acorralaba...
Se encontraba inmersa en un juego peligroso del que sólo él podría protegerla... Su plan para salvar a su hermano dejó a Melanie Andrews con un cadáver en las manos, un asesino en los talones y ningún lugar al que huir, excepto los brazos de Roderick Laughlin. En cuanto vio a aquel guapisimo hombre en el salon lleno de gente, Melanie supo que habia encontrado un refugio. Y cuando el reloj dio las doce, Melanie le dio un beso en los labios y escapo pensando que no volveria a verlo jamas.Pero se equivocaba.El sabor de su boca se le habia quedado grabado en la memoria y Roderick no iba a permitir que su misteriosa cenicienta se escondiera, pero tendria que convencerla de que podia confiar en el.