Se supone que los historiadores ingresan a la escena, existente por supuesto en el tiempo presente, equipados con todos los objetivos, medios, intereses y conocimientos de su profesión. Y se los representa luego como encontrandose con documentos, monumentos o ruinas. El filosofo entonces se pregunta: como es que, sobre la base de esta magra evidencia, los historiadores pueden reconstruir acontecimientos y personajes de un pasado que nunca conocen de modo directo. En otras palabras, ¿como pasa el historiador, del total desconocimiento del pasado, hasta llegar al conocimiento del mismo?Ciertamente, el pasado siempre se encuentra ahi para todos nosotros, aunque sea de modo naif y pre cientifico; ese pasado figura en nuestra mirada ordinaria de las cosas, seamos o no historiadores. Tenemos eso que los fenomenologos denominan conciencia notematica o pretematica del pasado historico, la cual funciona como antecedente y trasfondo [background] de nuestra experiencia presente, o para nuestra experiencia del presente. Ello sugiere que relacionar el abordaje cognitivo del pasado con el contexto mas amplio de esta conciencia pretematica, puede contribuir a comprender la historia como disciplina.
Cuando rondaba la treintena, David Carr era adicto a las drogas. Y manipulaba a quien hiciera falta con tal de conseguir otra dosis. Y bebía sin medida. Y agotaba la paciencia de sus empleadores. Y vendía cocaína defectuosa. Y golpeaba a su pareja. Y tuvo que dejar a sus hijas en una casa de acogida porque era incapaz de cuidarlas. Antes de cumplir la cincuentena, David Carr había dejado atrás sus adicciones, ya no dependía de los servicios sociales, había recuperado la custodia de sus hijas, había superado un cáncer, se había casado nuevamente y mantenía una relación sana con su mujer, y era en uno de los escritores más respetados de The New York Times. Este libro cuenta el proceso usando herramientas periodísticas.
Dando sentido a la educación aporta una introducción actualizada y contemporánea a las cuestiones fundamentales de la filosofía y la teoría de la educación. Mediante un análisis de las concepciones de la educación, la enseñanza y el aprendizaje, este libro busca demostrar la relevancia de la filosofía de la educación para la práctica profesional de los docentes y los alumnos y alumnas que inician la carrera docente, así como para el interés de aquellos que estudian la educación como disciplina académica.El libro se divide en tres partes:Educación, enseñanza y práctica profesional: cuestiones relativas, la función del docente, la relación entre la teoría educativa y la práctica y las dimensiones morales generales de la pedagogía.Aprendizaje, conocimiento y currículo: cuestiones relativas a las teorías conductistas y cognitivistas del aprendizaje, el conocimiento y el significado, los objetivos y el contenido del currículo y la evaluación.Escolarización, sociedad y cultura: cuestiones relacionadas con el contexto social y política más general y el liberalismo y el comunitarismo, justicia e igualdad, diferenciación, autoridad y disciplina.Este oportuna y actualizada introducción debería ayudar a todos los que estudian y trabajan en el ámbito educativo a comprender las fuentes filosóficas fundamentales y su influencia en el pensamiento contemporáneo y actual sobre la educación, la enseñanza y el aprendizaje.
as nociones de experiencia e historia forman parte de entramados fundamentales de la tradición de pensamiento filosófico.. La obra de DavidCarr, sobre una trayectoria que despliega importantes logros, instancia con maestría un camino que une la fenomenología y la filosofía de la historia revelando la potencia de este vínculo. Experiencia e historia aborda un arco de problemáticas que se define como primariamente fenomenológico y ensaya la práctica de la radicalidad del preguntar que caracteriza este enfoque. Las cuestiones tradicionales vinculadas con este terreno, donde resuenan la superación de presupuestos metafísicos, la dimension epistemológica y la narrativa, aparecen en un horizonte más amplio que refuerza su significatividad y el sentido de sus transformaciones.Los rastreos arqueológicos de la noción de experiencia combinan rigurosidad con agilidad, desandando las multiples capas de sentido que animan este complejo núcleo conceptual. Estas consideraciones cimentan el análisis de la relación entre esta noción y el entramado histórico, prestando atención al mundo y los Otros que dan cuerpo a la comunidad y a la historicidad. Con estos elementos sintetiza Carr con elegancia y perspicacia las complejas relaciones de la experiencia con las dimensiones de la historicidad y la comunidad, abordando cuestiones ligadas con el tiempo vivido, la dimensión del tiempo cultural y los alcances epistemológicos de la narrativa histórica.