Desirée Ruiz Pérez (Zaragoza, 1973). Licenciada en Derecho, trabaja desde 1999 como profesora de Educación Secundaria en la especialidad de Formación y Orientación Laboral. Actualmente reside en Castellón de la Plana con su marido y sus dos hijas. Se inició en la escritura a través del relato y ha publicado anteriormente otras dos novelas. @desireeruizp
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En la tradición de las novelas góticas clásicas, Villa Melania es un apasionante viaje al corazón de una familia condicionada por una misteriosa muerte. Una absorbente saga familiar que evoca otra era de forma realmente bella. Es posible que todos estemos algo resquebrajados por dentro, que nadie conserve intacta la luna del espejo en el que nos contemplabamos siendo niños. En Villa Melania hay una habitacion llena de espejos rotos y de recuerdos tragicos. En la mansion señorial de los Lanuza Vega, con su prado de calendulas y su anciana jacaranda, se pasean los fantasmas de varias vidas truncadas en la noche de la vispera de Reyes de 1966, cuyo eco resonara de manera ensordecedora ese mismo dia en 2019. El retrato de Melania, la hermosa y dañada Melania, sigue presidiendo la casa tantos años despues. Sus pasos se escuchan sobre tarimas y escaleras; buscan a esa persona capaz de oir a los objetos contar sus historias. Esas historias que ni las hermanas ni el buen cuñado de Melania quieren contar; esas historias que Camila, su sobrina nieta, descubrira demasiado tarde; esas historias que solo Cloe, la hermana de Camila, sabra atender y comprender. Muerte, melancolia, enfermedad, pero tambien celos, envidia, dolor y miedo acechan desde esos espejos rotos en los que se refleja lo que fueron y lo que son quienes alguna vez vivieron en esa casa. Solo existe una manera de arreglar las lunas y las vidas quebradas: hablar, porque al callar enterramos a nuestros muertos un poco mas hondo. En Villa Melania Desiree Ruiz recorre de nuevo de forma magistral, con esa manera de narrar donde suspense y poesia se dan la mano, los territorios de la locura y los fantasmas familiares que visitaron Charlotte Bronte, Henry James, Jean Rhys o Carmen Laforet.