La crisis económica en que nos encontramos obliga a replantearnos el modelo de Estado, encarnado en España por un Estado subvencionador donde los principios progresistas, solidarios y de sostenibilidad economica y social en que deberia basarse cualquier Estado democratico apenas parecen tenerse en cuenta, como consecuencia de un afianzamiento excesivo de las empresas en las subvenciones publicas. Por otro lado, nuestra sociedad civil ya no percibe relacion alguna entre derechos y deberes, y se ha acostumbrado a aceptar como legitimos el fraude laboral y el abuso de los sistemas sanitario, educativo y de asistencia social mas alla de los limites de la racionalidad y la sostenibilidad economica. Sin duda, los paises tienen derecho a un modelo de Estado del bienestar, pero para que este pueda sobrevivir en el tiempo debe ser sostenible, es decir, acorde con su capacidad de desarrollo economico. Aplicando este principio a la realidad economica y social de España, el actual Estado subvencionador tal como lo conocemos debe desaparecer cuanto antes o, de lo contrario, acabara con el Estado del bienestar, precisamente cuando la ciudadania de nuestro pais mas lo necesita.